Por Antonio González Vázquez
En la capital del estado se estima que hay un policía preventivo por cada 1500 habitantes y lo ideal que haya 1 por cada 100 habitantes. Pero San Luis Potosí tiene poco más de 2 millones 700 mil habitantes y amenas 7 mil 272 policías con todas las corporaciones juntas. Es por eso que cuando se alcanza a ver en alguna colonia de la ciudad que hay “ciudadanos vigilando”, es porque no hay policías que lo hagan.
Se prefiere gastar los recursos públicos en muchas otras cosas pero menos en la seguridad de los ciudadanos. En razón del desinterés de las autoridades de dar protección a la población con el número suficiente y apto de policías, es que existen ciudadanos que se organizan para protegerse entre ellos.
Tal es el caso de los vecinos de la colonia Himno Nacional que ante la arremetida delictiva y la omisa autoridad, se han armado de valor para hacer frente a quienes se atrevan a cometer delitos. Por supuesto que eso le interesa un comino a Arturo Gutiérrez y a Antonio Garza, pues si así fuera, ya estarían felices los vecinos de ver que si les cuidan y que hay patrullas y que hay rondines y que hay atención y tal.
Eso no ocurre, de ahí que hasta en el carrito de los tacos y las gorditas se advierta que los vecinos andan vigilantes. Alerta Vecinos Vigilando, es el mensaje que sigue ganando cada vez más espacios en esta atribulada ciudad. Es muy probable que a las señoras de los tacos y las gorditas ya les haya tocado el infortunio de ser víctimas de la delincuencia y que por ello, adviertan que los vecinos están vigilando.
Mientras que la gente vive con miedo, por millonésima ocasión, el gobernador Juan Manuel Carreras dijo ayer que no tiene pensado (lo cual es la decir mucho) realizar cambios en el gabinete de seguridad. Lo mismo ocurre en el municipio donde es más importante pintar una casa de amarillo que prevenir el delito y combatir la delincuencia.
Es que a nosotros no nos toca, les toca a ellos, dicen unos y los otros responden, lo siento, pero si les toca a ustedes no a nosotros, responden los otros. Y así se van, que son del fuero común, que son del fuero federal, que son de alto impacto y total que nadie hace nada, salvo los ciudadanos que ante la irresponsabilidad de las autoridades dicen: mejor vamos cuidándonos nosotros.
