Por: Victoriano Martínez.
Cuando el pasado 2 de diciembre se veía a Ricardo Gallardo Juárez y Gilberto Hernández Villafuerte posar ante las cámaras para la foto que después distribuirían en un comunicado, en la que se les veía presumir el convenio que acababan de firmar, era de suponer que estaban orgullosos del documento, pero nada garantizaba que también de su contenido.
En el sitio oficial del Ayuntamiento capitalino hasta hoy sólo aparece el comunicado con la imagen de los dos alcaldes. El convenio ni siquiera aparece en la incompleta relación que publican en el apartado correspondiente a la fracción XIV del artículo 19 de la Ley de Transparencia, mucho menos se ha publicado su contenido como ordena esa norma.
Al día siguiente de aquel celebrado convenio, una persona se interesó por su contenido e ingresó, vía Infomex, la solicitud de información a la que correspondió el número de folio 01729815, con una petición simple:
“Solicito Copia digital del Convenio Firmado por el C. Ricardo Gallardo Juárez presidente Municipal de San Luis Potosí y el C. Gilberto Hernández Villafuerte Presidente Municipal de Soledad de Graciano Sánchez”.
Lo más difícil en la lectura de esa petición sería pensar que el solicitante se refería a un convenio distinto. Pero como a la administración gallardista le gustan las cosas difíciles, por increíble que parezca, esa fue su interpretación, y para ello se tardó 33 días naturales.
“En referencia a su oficio U.I.P. 708/15 mediante la cual remite para su atención solicitud de información pública número 1729815, por este medio comunico a usted no es posible atenderla, en virtud de que no se precisa la naturaleza del Convenio”, es la respuesta que da Marco Antonio Aranda Martínez, secretario del Ayuntamiento.
¿Cuántos convenios más han firmado Ricardo Gallardo Juárez y Gilberto Hernández Villafuerte y de qué naturaleza, que no han sido presumidos vía comunicados oficiales con fotografía incluida?
Solo la existencia de una diversidad de convenios daría lugar a una interpretación como la que exhibe Aranda Martínez. Pero aun así, en su respuesta debió remitir a la publicación de los existentes, conforme a la obligación marcada en la Ley de Transparencia.
Lo cierto es que no es que Aranda Martínez sea incapaz de leer, lo que exhibe es la poca voluntad existente en esta administración para ejercer los cargos con apego a los principios de la transparencia.
Una administración, pues, que vuelve a confirmar que se mantiene en la línea que marcó Gallardo Juárez en una sola frase, cuyo alcance hoy se ve ampliado: “no tengo que darles cuenta de nada”.
La publicación de la firma, aquí.