Por Victoriano Martínez
Medios de todo el país, y hasta del extranjero, dieron cuenta del atentado que sufrió el diputado Pedro César Carrizales Becerra, alias el Mijis, el pasado lunes por la noche.
Una cobertura que muestra la gravedad del caso, por tratarse de un personaje que ha tomado tal relevancia, que tiene puestos los reflectores locales, nacionales y hasta internacionales.
La gravedad del atentado –que no es el primero, pero sí al que por primera vez se le pone tanta atención– no está en las consecuencias, que por fortuna quedaron en un susto y en los daños provocados al vehículo.
A diferencia de otros políticos, cuya relevancia está en el cargo que ocupan, el Mijis destacó más allá de las fronteras del estado por llegar a un puesto de elección popular a pesar de su historial de marginación que, al superarlo, lo volvió un símbolo que visibiliza a su sector.
En tiempos de acciones positivas en favor de grupos vulnerables, lo que le pase al Mijis atenta directamente contra la reivindicación de los derechos de esos sectores históricamente marginados.
Eso explica –aunque no justifica– que el Mijis cuente con escoltas de la Secretaría de Seguridad Pública, quienes, según sus propias versiones, tuvieron qué ver con que el atentado no tuviera consecuencias fatales.
Los responsables de la seguridad pública difícilmente pueden justificar que un personaje como el Mijis requiera de escoltas, ya que al asignárselos –como lo hacen– reconocen su incapacidad de brindar seguridad a toda la sociedad.
Los escoltas del Mijis, y más aún los escoltas de cualquier funcionario, son el mayor indicador del fracaso de las políticas y estrategias de seguridad pública.
Esa es una razón adicional por las que el atentado se vuelve más grave aún.
Si a quienes los responsables de la seguridad pública les brindan una protección especial los logra alcanzar la inseguridad, ¿qué puede esperar el resto de la población?
Y sale el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, a ofrecerle su apoyo. Y la SSP estatal tendrá que decidir si le asigna más escoltas. Y el Fiscal Federico Garza anuncia que pronto tendrán resultados de la investigación…
…y, en contraste, se acumulan los casos que no merecen su atención, como la desaparición de una mujer de 97 años por quien sólo dieron largas a los denunciantes sin importarles la urgencia de su localización, por citar sólo un ejemplo.
Una excluyente política de seguridad por burbujas con cargo a los contribuyentes que tienen que vivir la zozobra de la inseguridad.
Una excluyente política de seguridad por burbujas que, para colmo, da muestras de resultar poco efectiva, y que reforzarla le costará más a los contribuyentes, no sólo por el erario que absorberá, sino por los elementos que distraerá de la seguridad general.