En 1912, una madre junto con su pequeña hija de dos años de edad, Loraine Allison, eran parte de los felices pasajeros de primera clase en el viaje inaugural del Titanic.
De todos es conocido que este era el mejor barco de la época, y naufragó al chocar con un gran bloque de hielo, provocando la muerte de 1,517 personas. Lo extraño es que la pequeña Loraine y su madre fueron las únicas pasajeras de primera clase que no fueron encontradas. Simplemente desaparecieron…
Por este hecho, a Loraine la llaman “La niña perdida del Titanic”.
Pero cuando todo el mundo había olvidado el asunto, una mujer llamada Helen Kramer, aparece en 1940, asegurando que la niña Loraine Allison es ella. Dijo que su verdadero padre había sido Thomas Andrews, el mismísimo diseñador del Titanic. Menciona también detalles personales que parecen darle credibilidad a su historia.
Continúan pasando los años, y pese a su insistencia, no logra convencer a la supuesta familia. Para 1992, Helen Kramer fallece sin ser admitida por los Allison.
Nuevamente, todo parece olvidado, pero con el motivo del centenario del hudimiento del Titanic, en abril de 2012, Debrina Woods, bisnieta de Helen, inicia nuevamente la lucha por el reconocimiento, tanto de su bisabuela, como de ella.
Esta vez, se abre una investigación para identificar a Loraine Allison. De inicio, se aplican pruebas de ADN y comparan las muestras de Helen Kramer y Debrina Woods con la familia. Pero los resultados arrojan que no existe parentesco.
A pesar de esta contundente prueba, Woods continúa defendiendo la versión de que en sus venas y las de su fallecida bisabuela fluye sangre Allison.
Hasta hoy, sigue siendo un misterio qué es lo que ocurrió con la madre e hija. Es poco creíble que fuera confundida por hija, sobrina o nieta de alguien más. Lo más probable es que fallecieron y por alguna razón, aún desconocida, sus cuerpos se hundieron o desaparecieron.
Sin embargo, la investigación apenas comienza y puede llevarse muchos años, por lo que no descartamos llevarnos una sorpresa o simplemente que sea un caso que nunca se resuelva.
Lo más factible es que pasará a la historia como toda una leyenda.
