El Museo del Mirreynato

Oswaldo Ríos Medrano

Fue el extraordinario periodista Ricardo Raphael quien acuñó el luminoso concepto: mirreynato. Reflexionando sobre la mediocridad de sus élites políticas, el articulista reparó en la elitista excentricidad de su progenie, una nueva generación de mexicanos que no se avergüenza por los abismos de nuestra desigualdad social, sino que surfea en ellos mientras se hace una selfie, festejando los inmerecidos privilegios que la colocan por encima de “los jodidos”.

Emperifollados en esa actitud, se instalaron muchos de los selectos bebedores de vino tinto que se asomaban a los balcones del Museo de la Máscara y el Museo del Virreinato (ambos edificios públicos), mientras miraban con desdén a las y los potosinos “comunes y corrientes” que tuvieron que llegar 3 o 4 horas antes del inicio de la Procesión del Silencio, pagar cantidades que iban de los 50 a los 200 pesos por alquilar una silla y aguardar pacientemente para participar de la manifestación religiosa más importante de la ciudad.

¡Eso es lo que los mercaderes voraces de la Procesión del Silencio no han comprendido!

Indigna que el Museo de la Máscara no tenga permiso en la Ley de Ingresos del Estado para rentar los balcones y lo haga. Ofende que la directora del Museo del Virreinato haya transformado la institución en feudo familiar para abusar de él a destajo, incluyendo a los mirreyes amigos de sus hijos. Irrita la falta total de transparencia sobre qué hacen con esos recursos y con qué criterios permiten el ingreso. Pero lo que más agravió a los miles de testigos presenciales de esa escena de circo romano (quienes enviaron correos y mensajes de WhatsApp cuando expuse la situación), es que en su afán de comerciar con todo, de aprovecharse de todo, de sacar una cuota de placer de todo, el gobierno del estado permitió el consumo de bebidas alcohólicas como si de una bacanal se tratara, mientras la Dolorosa y todas sus cofradías salían a las calles a llorar la muerte del Hijo del Hombre. Banalizando el momento de mayor duelo para su fe.

Para subrayar su vileza, ridículamente, la directora del Museo de la Máscara María Luisa Vázquez salió a decir públicamente que se trató de un “degustación gastronómica” en la que solo se sirvió “agüita de limón”. Miente. Miles de potosinos vieron con sus propios ojos que se trataba, igual que en el Museo del Virreinato, de bebidas alcohólicas. Para salir del error, habría bastado con que le preguntara a Antonio Esper, secretario de Turismo o a cualquiera de sus 20 invitados quienes con lugares reservados, tenían una vista privilegiada del evento; o por supuesto, pudo preguntarle directamente a su jefe Armando Herrera, secretario de Cultura, quien llegó poco antes de las 8 de la noche a ocupar su balcón, igual que sus gentiles acompañantes quienes degustaron con deleite el vino tinto que se escanció a discreción, llevado siempre a su trono por diligentes meseros.

¿De quién es el negocio de la fe? Cientos de potosinos se preparan física y espiritualmente para dar el Viernes Santo una demostración de fervor cristiano, ellas y ellos saben, que su vestuario, instrumentos, veladoras y aditamentos son comprados con sus propios recursos. ¿Quién está lucrando haciendo de la Pasión un espectáculo? ¿Quién recibe el dinero por la renta de balcones y sillas? ¿Qué cuentas bancarias se están engordando? ¿Cuántos balcones se rentaron? ¿Quiénes los ocuparon? ¿Cuánto se recaudó? ¿Qué van a hacer con ese dinero? ¿Quién decidió la venta o el consumo de alcohol? Todo deberán aclararse porque son espacios públicos, se trata de empleados públicos y este es un asunto de interés público. Apena haberles interrumpido la degustación etílica, pero el  derecho a la información, los hará responder.

¿Museo de la Máscara? Sí, para ocultar la verdad. ¿Museo del Virreinato? No. Del Mirreynato.

Lapsus

  • “Asimismo,  invoco a mi padre Satanás para que rompa el hechizo, la brujería, que está marcado (sic) en este, en este lugar. ¡Que así sea! Para el equipo del Cruz Azul y especialmente la salación y la maldición que echaron en este lugar. Aquel brujo que un día, en el 97, dijo que a partir de ese momento el Cruz Azul perdería. Entonces la bruja Zulema, ¡La satánica! vino a romper el hechizo. ¡Bendiciones a todos! ¡Que así sea!”.

Reputada vidente y prestigiada bruja de magia negra Zulema, implorando a Mefistófeles que ponga fin al ayuno de 20 años de campeonatos para el club de futbol Cruz Azul. De la seriedad del hechizo da cuenta la parafernalia chocarrera: el embrujo se realizó utilizando la cabeza desollada de una vaca y una de cerdo, azufre a discreción, ramas de pirul, veladoras y dos monitos vudú. Huelga decir que la invocación de la nigromántica fue sin causar honorarios y por la pura buena vibra de terminar con el “burling” a los aficionados celestes que de tanto ver fracasar a su equipo ahora son los originales inventores de un verbo: cruzazulear. ¡Aleluya! ¡La sequía terminó y las victorias llegarán a granel! ¡Hip hip hurra, arriba la bruja CruzaZulema!… ¡Wait! ¿No es esta la bruja Zulema que predijo que Luis Miguel moriría en 2016? ¡Recórcholis! Ahora sí se van a ir al averno.

  • “Peña salió además de corrupto muy traidooor. Eh, metió a la cárcel, a la maestra Elba Ejter que le ayudó, y ahora, mete a la cárcel, a Duarte que también le ayudó. Porque Duarte le entregó dinero… a Peña”.

 

Sempiterno aspirante presidencial de MORENA Andrés Manuel López Obrador explayándose sobre un tuit que publicó esta semana, en el que escribió que el hampón Javier Duarte es un “chivo expiatorio”, y ahora, calificándolo como “víctima” de la traición de la “mafia en el poder”. Como se ve, a AMLO no le pareció relevante pedir que se recupere el dinero público que Duarte y sus cómplices se llevaron; tampoco exigir la detención de la esposa; y mucho menos se le ocurrió pedir un castigo ejemplar para el goberladrón. ¡No! La primera preocupación del tabasqueño fue pensar en el dolor de Duarte al sentirse abandonado por su querido presidente. ¡Quén queye a Duarte quén lo queye! ¡Pos el PRIMOR!

  • “¡No hay chile que les embone!

 

ChileEmbona

Primer alburero de la nación Enrique Peña Nieto rompiendo la última barrera de respeto que fingía hacia las y los mexicanos, quienes vemos con desconfianza la utilidad electoral de la detención de Javier Duarte. ¡Chale trinche Copetes, uno siendo responsable en la crítica y cuidando el lenguaje para que termines insultando como vulgar y corriente diputado potosino! ¡Te la elongaste a niveles inconmensurables! Haz de cuenta que le diste tres vueltas a la Casa Blanca y con Gaviota adentro. Para que veas que no todos somos unos barbajanes como tú, responderé a tu peladez con un elegante poema:

Quique quiquín a ti que te gusta el chile piquín,

agarra valor y ya no seas ruin.

Mister Peña, a ti que te encanta el chile con venas

toma nuestro desprecio, ya das mucha pena.

Licenciado Nieto, tu que degustas el chile coqueto

mide tus palabras, no seas indiscreto.

Cansado presidente que amas el chile ancho

deja de robar y ya no seas chancho.

Lamento informarte, en tono sutil

que quizá eres tú, el que no embona aquí

pero no os preocupéis, que un chile en nogada

vamos a empinarte con todas las ganas

para que tú y el PRI, se vayan mucho… a la enchilada.

Twitter: @OSWALDORIOSM

Mail: oswaldo_rios@yahoo.com

 

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