Gabino y la crisis de Morena

Alejandro Rubín de Celis

Un nuevo escándalo sacude al partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a nivel estatal, en cuyo centro se encuentra un polémico personaje de ese instituto  político: Gabino Morales Mendoza, hoy delegado de Programas de Desarrollo Integral del gobierno federal en San Luis Potosí.

En esta ocasión se debe a denuncias en su contra presentadas por compañeras y un compañero de su partido quienes lo acusan de violencia política y acoso sexual y que han derivado, desde exigencias para que sea destituido de su cargo, hasta peticiones del Consejo Consultivo (CC) de ese partido para que sea separado de su puesto en tanto las autoridades correspondientes resuelven si hay delitos que perseguir.

Pero los reclamos en contra del coloquialmente llamado superdelegado del gobierno federal no son recientes, los hay desde hace por lo menos tres años.

En distintas visitas a San Luis Potosí registradas entre 2016 y 2019, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha presenciado protestas y ha recibido denuncias en contra de Gabino Morales y del actual líder estatal del partido, Sergio Serrano, por diversas causas, que van desde los magros resultados que obtuvieron en las elecciones de 2015, hasta sospechas de malos manejos financieros, favoritismo en la asignación de candidaturas, y trato déspota y grosero hacia algunos de sus correligionarios, principalmente mujeres.

En 2016 fue denunciado por tener un cargo de tiempo completo en la entonces Delegación Azcapotzalco de la Ciudad de México y realizar al mismo tiempo actividades partidistas en San Luis Potosí, para lo cual presuntamente pedía parte de su salario a empleados de la citada delegación.

En cuanto fue nombrado extraoficialmente coordinador de Programas Integrales, en julio de 2018, militantes y aspirantes a cargos de elección popular de cinco municipios de la Zona Media del estado enviaron una carta a la Comisión de Honestidad y Justicia partidaria porque supuestamente el entonces enlace entre la dirigencia estatal y nacional del partido había operado para imponer candidatos de su preferencia a través de estructuras paralelas a los comités municipales de Morena, razón por la que pidieron su expulsión del partido.

Al mes siguiente, en medio del proceso para renovar la dirigencia estatal, militantes de Morena, entre ellos el ex candidato a la alcaldía de San Luis Potosí, Joaquín Muñoz Mendoza, exigieron rendición de cuentas a Gabino Morales y Sergio Serrano luego de revelar gastos excesivos con recursos del partido, entre ellos un pago por 16 mil pesos por la compra de tortas.

Y las cosas se pusieron más difíciles para Gabino Morales cuando en diciembre pasado  recibió una amonestación por parte de la Comisión de Honestidad y Justicia por presunta violencia política en contra de Sarahí Esquivel Veloz, coordinadora de Capacitación Política de Morena, y el mes pasado ese órgano interno le suspendió sus derechos partidarios por uso de lenguaje sexista y machista y por destituir sin justificación alguna a mujeres de la estructura partidista.

En su más reciente visita a San Luis Potosí, López Obrador restó importancia a la sanción y descalificó los señalamientos que se han hecho en contra  Morales Mendoza diciendo que se trataba de pura “grilla” interna. La expresión del Presidente fue muy desafortunada pues se trata de un personaje del que ha recibido fundadas quejas desde hace años y porque en esta ocasión hubo una manifiesta indignación de parte de militantes y simpatizantes de Morena ante él por la cuestionable conducta que presumiblemente ha mostrado el delegado, particularmente contra mujeres de su propio partido. A la exigencia de que sea destituido ya se han sumado diputadas federales de Morena.

El Consejo Consultivo de Morena en el estado ─integrado por ciudadanos que simpatizan con el proyecto lopezobradorista pero que no militan en ese partido─ también ha decidido intervenir en el conflicto y ha solicitado al Presidente de México separar del cargo de delegado a Gabino Morales en tanto las autoridades judiciales definen si hay delitos que perseguir y sanciones que aplicar al hoy funcionario federal.

“… este Consejo Consultivo hace un llamado al presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador, para que de manera preventiva y salvaguardando el principio de presunción de inocencia, separe del cargo de delegado del gobierno federal ante el gobierno estatal al C. Gabino Morales y nombre a otra persona en forma interina. La intención es que el C. Gabino Morales atienda desde una posición ciudadana las denuncias que han sido presentadas en su contra, y que ello no afecte la vida orgánica de MORENA ni los alcances de la Cuarta Transformación”, le pide a través de un comunicado de prensa.

La petición del CC es muy razonable en virtud de que existe el temor de que el funcionario federal use su influencia y poder político para que las instancias locales de procuración y administración de justicia inclinen la balanza a su favor y lo absuelvan de los posibles delitos en que pudiera haber incurrido.

Algo que llamó la atención fue la rueda de prensa a la que convocó otro grupo de mujeres militantes de Morena que acusaron nada menos que a sus dos compañeras que denunciaron a Gabino Morales, Sarahí Esquivel Veloz y Martha Lizeth García ─además de a otras dos de sus correligionarias─, porque supuestamente han ejercido violencia política en contra de ellas.

Las divisiones en Morena se profundizan. Si AMLO y el Comité Ejecutivo Nacional de Morena no ponen orden pronto y atienden las denuncias que desde hace años han presentado militantes y simpatizantes de ese partido, no sólo contra Gabino Morales sino también contra diputados locales que han incurrido en abusos y excesos al interior del Congreso del Estado, Morena en San Luis Potosí pronto habrá perdido la credibilidad construida por el propio López Obrador después de tantos años de lucha, perderá espacios de poder en las elecciones de 2021, y cada vez se parecerá más al PRI y al PAN.

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