Por Alejandro Rubín de Celis
Por supuesto sin mencionar que lo hace para comprar conciencias y no para mejorar las condiciones de vida de los habitantes del municipio de San Luis Potosí, el alcalde Ricardo Gallardo Juárez y su equipo de comunicación social prácticamente le dictaron la nota al menos a seis portales de noticias para informar que su administración ha hecho una inversión multimillonaria en programas sociales y también esfuerzos extraordinarios para atender una mayor demanda de apoyos de distinta índole en favor de la gente.
No informa, con datos verificables, que se ha ampliado el servicio de agua potable y drenaje en colonias de la periferia, que hay un programa de escuelas de calidad en el municipio avalado por una institución internacional ─como la Unesco, por ejemplo─ para que los estudiantes salgan mejor preparados, que se ha mejorado la infraestructura en la ciudad para ofrecer mejor vialidad al creciente tráfico vehicular, que se invierte para crear condiciones favorables para que crezca el sector productivo local y se generen más fuentes de empleo y mejor remuneradas, o que hay una disminución significativa en los índices delictivos en la capital del estado para tranquilidad de las personas. No, informa sobre lo que le conviene en términos electorales: cuánto ha invertido en dádivas.
“Más de 162 millones de pesos se han invertido en lo que va de la actual administración municipal, en programas sociales de alto impacto para esta capital, además de que las peticiones ciudadanas se ampliaron, por lo que más de 17 mil familias se sumaron como nuevas beneficiarias para superar ya las 200 mil personas favorecidas con distintos apoyos”, reza el primer párrafo de una nota publicada en los portales de Pulso, El Sol de San Luis, Global Media, Plano Informativo, El Heraldo de San Luis y am San Luis ─y que usted, amable lector, puede verificar dando clic en cada uno de ellos─. Lo único que cambia en la información completa es el encabezado pero el cuerpo de la nota propagandística ─que no periodística─ es prácticamente el mismo en lo seis medios, excepto que en algunos se cortan párrafos finales. Y, por supuesto, se trata de propaganda pagada a cuenta del erario municipal para favorecer la imagen de Gallardo Juárez.
En el boletín reproducido textualmente por estos portales se refieren apoyos sociales traducidos en entrega de cobertores y guantes, garrafones de agua y tortilla a bajo costo, paquetes escolares ─cuyo número de beneficiarios se incrementó de 53 mil a 65 mil alumnos, aunque en comunicados de agosto pasado se informaba de 80 mil paquetes y luego se dijo que hasta 90 mil─, ayuda económica a adultos mayores y, claro, no podían faltar, despensas ─cuyos número de familias beneficiadas se elevó de 30 mil a 45 mil─.
Gallardo y su equipo de comunicación resaltan que en los dos años y tres meses que lleva esta administración se han invertido más de 162 millones de pesos en programas sociales, lo que no dicen es que tan sólo en el primer trimestre de 2016 se gastaron 116.9 millones de pesos por ese concepto, de los cuales 113 millones se destinaron a ayudas sociales a personas.
Ricardo Gallardo Juárez seguramente piensa: “más de 200 mil personas beneficiadas ─hasta ahora─ con apoyos sociales, ¡más de 200 mil votos a mi favor en la elección de 2018!, o ya de perdido unos 150 mil” para volver a ser alcalde de la capital como parece ser toda su intención, para lo cual tiene oportunidad de hacer campaña desde la alcaldía hasta el 1 de abril próximo, fecha límite en la que tendría que pedir licencia para contender nuevamente por la presidencia municipal de San Luis Potosí.
Todos los partidos y candidatos, prácticamente sin excepción, lo mismo que políticos en funciones como los diputados del Congreso del Estado entregan dádivas para construir, mantener o ampliar clientelas políticas que les garanticen ocupar otros cargos públicos en el futuro. Y el futuro ya está aquí, el proceso electoral ya inició. Pero hay de populistas a populistas y Ricardo Gallardo parece estar por encima de cualquier otro miembro de la clase política potosina en este campo.
Gallardo sabe que con todo este tipo de apoyos no va a resolverles de fondo los problemas de la mayoría de la gente en materia de pobreza, desigualdad, servicios públicos, infraestructura, educación de calidad, empleo bien remunerado y seguridad pública, pero prefiere aplastar la dignidad de los ciudadanos, faltarles al respeto ─entregándoles dinero, productos o artículos que sólo les resolverán necesidades inmediatas─ con tal de que voten por él y repetir en la alcaldía, y probablemente saltar después a la gubernatura del estado.
¿Qué será de San Luis capital si repite una administración populista como la actual ─sin contar con que es opaca y no rinde cuentas de acuerdo a la ley─ que se la pasa entregando dádivas y no hace algo significativo para resolver problemas estructurales del municipio y sus habitantes? Peor aún, ¿qué será del estado de San Luis Potosí y de su gente si un político populista del corte de Ricardo Gallardo llega a la gubernatura del estado?
Dios nos agarre confesados… en una y en otra.
