Por Victoriano Martínez
Una encuesta es un ejercicio que busca indagar el sentir de la población a través de un muestreo que trata de ser lo más representativo posible. Para ello se utilizan métodos estadísticos que establecen parámetros de confiabilidad, es decir, qué tanto se acercan a la realidad de la percepción generalizada.
La confianza que cada encuesta inspire finalmente queda en el ámbito de quien consulta sus resultados. Los resultados de la encuesta que presenta hoy Astrolabio Diario Digital incluyen la descripción de su metodología para que, quien la consulte, tenga elementos para establecer su criterio en cuanto a la confiabilidad de sus resultados.
Por primera vez se presenta el resultado de la petición de una calificación para el gobernador Juan Manuel Carreras López y para el alcalde Xavier Nava Palacios por parte de los encuestados. De acuerdo con la encuesta, ambos reprueban y no hay mucha diferencia en la forma en que son evaluados uno y otro.
Ambos mandatarios cuentan con un presupuesto similar para comunicación social: Carreras López 83 millones 712 mil pesos, de acuerdo a su informe financiero del primer trimestre, y Nava Palacios 84 millones 260 mil 204 pesos, según el Estado Analítico del Ejercicio del Presupuesto de Egresos de enero a junio.
Casi 168 millones de pesos gastados en un aparato que es más de propaganda que de comunicación con la ciudadanía, y que en los hechos produce mensajes para hacer aparecer a los dos servidores públicos como los mejores, muy por encima de sus antecesores.
Una inversión cuyos resultados tendrían que reflejarse en una calificación más que aprobatoria, cercana a la excelencia.
Una inversión que parece no poder ganarle la carrera a la percepción de la inseguridad, la corrupción y la carencia en servicios básicos ante lo que los encuestados se manifiestan insatisfechos con la forma en que ambos servidores públicos los atienden.
Si algo queda de manifiesto en lo expresado por los encuestados es que, aunque los mandatarios se vistan con excesiva propaganda, si no se enfocan en atender las funciones para las que fueron electos, a nadie convencerá que se digan los mejores.
Son casi 168 millones de pesos para propagandísticamente proclamarse los mejores, servidores públicos de diez, que se dicen de diez y, por tanto, inauguran un nuevo concepto para gobernar: el gobierno de los sedicentes.