Por Victoriano Martínez
¿Conoce usted la calidad del aire que respira?
Si consulta el Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (SINAICA) del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, tendrá una idea.
En sinaica.inecc.gob.mx es posible acceder a la red de monitoreo de la ciudad de San Luis Potosí, en cuatro estaciones, con datos sobre la calidad del aire.
Un Sistema de Monitoreo de la Calidad del Aire que le ha servido a la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental para acreditar ante el Juzgado Primero de Distrito que cumplió una sentencia que le ordenó el monitoreo y mantener informada a la población.
Hace un mes el Juzgado dio por cumplida la sentencia, lo que equivalió a la afirmación de que legalmente los potosinos conocemos la calidad del aire que respiramos.
En la ciudad, según la juez, la información que se podía consultar en el SINAICA era más que suficiente para que todos sus habitantes pudieran respirar tranquilos.
El problema es que esa consulta no resuelve el cuestionamiento, porque a veces tiene datos sobre distintos contaminantes, pero otras ocasiones sólo la leyenda “presenta datos insuficientes”.
Aun si hubiera datos todo el tiempo, resulta que otra autoridad, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), aporta elementos para poner en duda la información.
La PROFEPA revisó los equipos y concluyó que no cumplen con la norma oficial mexicana e inició “los procedimientos administrativos correspondientes debido a que se encontraron irregularidades que requieren de la evaluación de su gravedad”.
La situación no era desconocida para la SEGAM, que pagó 243 mil 472.40 pesos por un Diagnóstico del Sistema de Monitoreo de la Calidad del Aire del Estado de San Luis Potosí, para atender la sentencia del Juzgado y poderle afirmar que “la red opera de manera eficiente y brinda información confiable, veraz y oportuna”.
De los argumentos de la SEGAM al Juzgado, éste concluyó que se mide la calidad del aire y los potosinos estamos informados.
De las verificaciones de la PROFEPA a los equipos de medición, esa procuraduría concluye que no cumplen con la NOM-156-SEMARNAT-2012, lo que se traduciría en que los potosinos estamos mal informados sobre la calidad del aire que respiramos.
Entre una SEGAM que sale del paso ante los cuestionamientos en un Juzgado federal y una PROFEPA que informa de verificaciones al Sistema de Monitoreo, a los potosinos lo único que nos queda es la duda sobre la calidad del aire que respiramos.
Si ante la duda hay que desconfiar, la mayor desconfianza la despierta una SEGAM que antes que estar preocupada por resolver un amparo debería demostrar fehacientemente que nos informa a los potosinos y lo hace con información de calidad.