Laplace, amigo de Napoleón

Frater Ignatius

Su nombre se encuentra cincelado en la Torre Eiffel como uno de los más grandes científicos franceses. Era un matemático ateo al que Napoleón inquirió con famosa frase. Era partidario del determinismo científico, el cual considera que a pesar de la complejidad del mundo y su impredecible paso, el universo evoluciona en el tiempo según reglas totalmente determinadas y el azar aparece como algo aparente. El genio francés lo intenta demostrar en su Théorie Analytique de Probabilittés.

La obra antes citada se centra en gran parte en los fenómenos aleatorios. Por ejemplo: El lanzamiento de un dado puede ser considerado aleatorio, pero después de constantes repeticiones, se presenta un llamado patrón estadístico que puede ser utilizado para hacer toda clase de predicciones.

La obra analiza los métodos requeridos para encontrar las probabilidades de sucesos compuestos a partir de la combinación de las probabilidades individuales. El trabajo estudia los mínimos cuadrados de Gauss  y la aguja de Buffon y conecta la teoría con la práctica.

Muchos científicos de renombre mundial, consideran que está obra es una de las más importantes en la historia de la matemática. Laplace sostenía que la probabilidad es una consecuencia de nuestra ignorancia. Hablaba sobre un ser que si pudiera ser omnicomprensivo podría determinar todo el accionar del universo. El concepto se mantuvo en pleno vigor hasta la llegada de la física cuántica y la teoría del caos.  

Laplace ingeniosamente pide que se imagine una cantidad de urnas dispuestas en círculo. Una de las urnas contiene solo bolas negras, mientras que otra contiene solo bolas blancas. Las otras urnas contienen diferentes proporciones de bolas blancas y negras. Empezamos entonces a extraer bolas, una por una y las vamos colocando en las urnas adyacentes. Proseguimos girando, como cuando un maestro de ajedrez juega simultáneas. Llegará el momento en que la proporción de bolas blancas y negras en cada una de las urnas será más o menos igual. Laplace demuestra en este caso que ciertas fuerzas naturales de carácter aleatorio pueden provocar resultados ordenados y predecibles.

Napoleón una vez espetó a Pierre-Simon mencionando que en el sistema no se menciona al creador en el universo. Laplace simplemente dijo: “Nunca he necesitado esa hipótesis.

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