Por Victoriano Martínez
El pasado 10 de febrero, Astrolabio Diario Digitan hizo un recuento, en el Catalejo, de los señalamientos que enfrenta el super delegado Gabino Morales Mendoza, así como de las reacciones dentro de su propio partido, en estos términos:
Una suspensión de sus derechos partidistas por seis meses, amonestaciones, acusaciones formales ante la Fiscalía por acoso sexual, por amenazas, por difusión ilícita de imágenes… más lo que se acumule, pesa sobre Gabino Morales Mendoza, el superdelegado. Señalamientos durante las precampañas y las campañas del año pasado. Reacciones, como la del Consejo Consultivo de Morena, que sugieren la baja temporal del funcionario para enfrentar las acusaciones, y algunas otras que lo apoyan. Un presidente Andrés Manuel López Obrador que evade el tema durante su visita al Estado. Y él, Gabino Morales Mendoza, no aparece en la escena pública, aunque en privado se moviliza para tratar de controlar el daño, según huellas que va dejando. Las acusaciones formales, más las que se han anunciado, configuran acciones y reacciones sobre sus actos, por lo que están más allá de una grilla…
Morales Mendoza no apareció en la escena pública hasta 11 días después, el 21 de febrero, lo que confirmó su movilización en privado para tratar de controlar el daño.
“Decidimos unirnos y mandar ese mensaje, no vamos a decir nombres, pero no les vamos a dar gusto a nadie (…) la gente espera mucho de nosotros y no vamos a caer en provocaciones (…) el problema es con los grupos de poder, a quien le quede el saco… quien se sienta aludido”, expresó Morales Mendoza en la escalinata hacia el salón de plenos del Congreso del Estado.
No dio nombres. Sólo lanzó el saco al aire… y debió pensar después, tras los señalamientos de Edson Quintanar, el coordinador del grupo morenista en el Congreso, un no me ayudes compadre.
“Hay medios de comunicación que lo único que quieren es generar polémica”, trató de establecer las medidas del saco el joven diputado.
El caso es que las provocaciones con las que está tejido el saco provienen de sanciones a Morales Mendoza por parte de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, la revelación de denuncias penales por parte de correligionarios suyos y llamados del Consejo Consultivo de su partido.
En cambio, su intento por desviar la atención sólo exhibió que el control de daños no le alcanzó para tener presentes en su acto de “decidimos unirnos” –sólo decide unirse quien se siente desunido– a todos los que quería ver unidos.
La ausencia de tres legisladoras de los nueve que conforma el grupo de Juntos Haremos Historia son mucho más que una inasistencia.
Los tiempos en los que unidades simuladas soportadas en malentendidas disciplinas partidarias degradaron actos como el protagonizado por Morales Mendoza este jueves a una especie de sketch que lo coloca como un ingenuo engañabobos.