Visita de AMLO: pasarela de intenciones

Por Victoriano Martínez

Y cada quien fue este viernes a la Plaza de los Fundadores a lo suyo.

Ricardo Gallardo Cardona, de los primeros en llegar al tapanco, a continuar su campaña de simulada conversión para montarse al tren de la Cuarta Transformación (4T), aunque haya sido un invitado por mero compromiso ante el valor coyuntural de los votos de su reducido grupo en la Cámara de Diputados.

Pero le bastó con saber que estaría ahí arriba para movilizar a quienes sólo saben que van a apoyarlo a él y que tienen que gritar las consignas que se les indiquen. En esta ocasión, sus acarreados –en su mayoría mujeres–, además de las porras para el Pollo, la principal consiga a gritar fue ¡fuera Nava!

El alcalde Xavier Nava Palacios, aunque muy en su papel se armó con un expediente de proyectos para entregarlo en mano al presidente Andrés Manuel López Obrador, no se quedó atrás y también contó con su propia porra, quienes, para contrarrestar la acometida gallardista, gritaron ¡Bajen a Gallardo!

El gobernador Juan Manuel Carreras López a exhibir los que considera los dos problemas que hoy parecen quitarle el sueño: la infraestructura de movilidad para conectar a la ciudad con los parques industriales y la urgencia que los incendios forestales hicieron ver de la necesidad de proteger la Sierra de San Miguelito.

Si bien la cuestión de movilidad es un problema creciente en la ciudad que debe ser atendido, en el caso de la protección a la Sierra de San Miguelito, Carreras López más parece tratar de limpiarse de la irresponsabilidad en la que incurrió por su omisión al no atender a los estudios ya determinantes sobre la necesidad de declarar Área Natural Protegida (ANP) ese territorio.

En lugar de firmar el decreto que tiene nueve años listo, Carreras López simuló avanzar en septiembre pasado con una primera etapa en la que decretó ANP una pedacería que sumó 12 mil hectáreas, pero dejó más de 50 mil a salvo para atender a la voracidad de los desarrolladores inmobiliarios.

Después de quemada la tercera parte de la Sierra de San Miguelito, Carreras López pretende tapar la omisión que pudo haber generado las condiciones de manejo y prevención que pudieron evitar esa devastación.

Con su firma puede emitir el decreto estatal de Área Natural Protegida. El apoyo federal puede venir para reforzar una medida que Carreras López ya no puede evadir tras sus palabras ante López Obrador: “Le solicitamos realizar las gestiones necesarias para proteger y preservar la Sierra de San Miguelito, un espacio ecológico que está en el corazón de todos los potosinos”.

La Sierra de San Miguelito está en el corazón de todos los potosinos, sí, pero su protección legal en su puño, y basta con que firme el decreto para declararla Área Natural Protegida.

El presidente Andrés Manuel López Obrador fue a la Plaza de los Fundadores a mostrarse conciliador, demócrata y comprometido con las causas de interés público.

“Yo entiendo que tengan ustedes diferencias, pero la patria es primero, ¿o se van a seguir peleando?”, dijo ante el duelo de consignas contra Nava Palacios y contra Gallardo Cardona.

Tras rechazar que trabaje para armar una dictadura, López Obrador se refirió a la petición del gobernador sobre la Sierra de San Miguelito, consultó a los asistentes sobre la consigna de otro grupo presente en la plaza: San Miguelito sí, fraccionamientos no. Ganó la Sierra de San Miguelito.

Y reforzó su instrucción para que la titular de la SEMARNAT atienda el caso rememorando la pérdida del Cerro de San Pedro: “¡Nunca más se va a permitir que se destruya el territorio, que se destruya la naturaleza, el medio ambiente!”.

López Obrador tardó unos 20 minutos en abandonar la Plaza de los Fundadores, a donde llegaron muchos potosinos para una selfie, para hacerle una petición o para entregarle algún expediente sobre una probable injusticia. Hasta le alcanzó para firmar una petición dirigida al alcalde Nava Palacios relacionada con la protección a la Sierra de San Miguelito.

Y cada quien fue a lo suyo a la Plaza de los Fundadores, convertida en pasarela de intenciones de cada cual, con quien enarbola la bandera de la Cuarta Transformación a la cabeza.

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