Frater Ignatius
Schelling asume el reto de cerrar de alguna forma la brecha entre subjetividad y objetividad engendrada por Descartes y que no fue resuelta de modo satisfactorio ni por Spinoza, ni por Kant. Schelling intenta resolver el problema del dualismo cartesiano, con el Yo consciente por un lado y el mundo externo por el otro, en varias de sus obras, incluida su Sistema del idealismo trascendental.
Siguiendo a Kant, Schelling hace una distinción entre la filosofía trascendental, interesada en los elementos fundamentales del conocimiento y la experiencia; y la filosofía natural, la ciencia de lo que cotidianamente consideramos el mundo exterior.
Schelling nos invita a observar que éstas se presuponen la una a la otra. Si uno comienza con la filosofía natural, debe darse una explicación del fenómeno del Yo consciente cuando este surge en la naturaleza. Si comienza con la fenomenología de la consciencia es necesario dar una explicación sobre el origen de los objetos materiales cuando surgen en la experiencia consciente. En consecuencia, como Hegel comenta sobre Schelling: “Estos dos procesos separados son una unidad muy claramente expresada. Es un ir y venir del sujeto al objeto y del objeto al sujeto.
Schelling considera que son tan solo expresiones de un mismo proceso. Aparentemente están separados, pero en el fondo son expresiones del Absoluto.
Es fundamental que todo surja de la consciencia del Yo. Debe uno referirse siempre a la consciencia y a la autoconsciencia para delimitar los distintos objetos que aparecen a la vista. El sujeto y el objeto en la autoconsciencia son una y la misma cosa.
Hegel critica a Schelling y sostiene que todo su pensamiento es una enredada masa de abstracciones. Ya para que lo diga Hegel…
Llegamos a la conclusión de que el hombre es una especie de consciencia del Absoluto.
El pensamiento de Schelling es especulativo en grado sumo pero podemos decir que influenció a los artistas y a filósofos de la talla de Schopenhauer, Nietzsche, Heidegger y otros.
Schelling murió en Suiza de un derrame cerebral a la avanzada edad de 79 años.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Administración y Maestro con especialidad en Educación por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Amante de la cultura, la filosofía, la literatura, el cine y las matemáticas. Gusta de leer y escribir sobre historia, psicología y filosofía.
