Frater Ignatius
El padre del egregio polímata era relojero. Justo es decir que no le hacía caso a su vástago por lo que éste al cumplir los catorce años se marcha a Turín. Después de una serie de peripecias y aventuras personales, conoce a Madame de Warens. Durante ese tiempo estuvo leyendo en demasía, casi a un grado patológico. Obtuvo un trabajo como secretario del embajador francés en Venecia. La lectura fue temprana pero la escritura la desarrolló hasta los cuarenta años.
Es uno de los representantes más importantes de la ilustración y un filósofo que introduce el romanticismo en la filosofía continental.
Un personaje realmente polémico. Sostuvo varias disputas con todo tipo de personas e instituciones y hasta con el gobierno francés. Terminó pobre y en una penosa situación. Siempre huía de un país a otro y a pesar de sus teorías, su existencia parecía contradecir varias de las tesis que sostenía.
Tuvo una discusión con su mejor amigo en Inglaterra, el filósofo David Hume y luego murió en París, probablemente suicidándose.
Su colaboración con Diderot en la Enciclopedia, sus Confesiones, El Emilio y El Contrato Social son las mayores aportaciones de este hombre que dominaba varios campos del saber.
A grandes rasgos, la humanidad para este filósofo es buena por naturaleza pero las instituciones suprimen la buena voluntad y la habilidad natural del hombre para actuar.
En el aspecto político es algo contradictorio porque al final da a entender que la democracia es débil y que preferentemente el hombre debe sacrificar parte de su ser individual por causas que el estado crea justas.
Su legado es variado de acuerdo a sus intereses tan aparentemente disímbolos. Va desde la música –con ópera incluida–, hasta la botánica con una herbolaria muy nutrida. Transita sabiamente desde la pedagogía –adelantado a su tiempo– hasta la literatura, la filosofía o la política.
Fue enterrado en París con honores y su tumba no está muy lejos de su odiado Voltaire. Distintos caracteres sin lugar a dudas. Sin embargo, su impronta se deja sentir en todo el pensamiento occidental.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Administración y Maestro con especialidad en Educación por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Amante de la cultura, la filosofía, la literatura, el cine y las matemáticas. Gusta de leer y escribir sobre historia, psicología y filosofía.