120 filósofos: Jenófanes de Colofón

Frater Ignatius

El material esencial es el barro

c. 570-475 a.c.

Este poeta y filósofo antiguo sostenía que todo estaba hecho de barro. Evidentemente, a los pensadores teólogos esto les simpatizaba sobremanera. No obstante, las observaciones del pensador se enfocaban en las inspecciones que hacía de la tierra y el mar en Jonia. Era un exiliado que creaba poesía y recitaba de memoria las obras de Homero y de Hesíodo. A pesar de ello, combatía frontalmente la idea de que los dioses fueran parecidos a los hombres.

En lo que respecta a Heráclito, este lo menciona como un contemporáneo y crítico de Pitágoras, ya que Jenófanes criticaba sardónicamente la metempsicosis del hombre místico. Reflexionaba sobre la imposibilidad de que los dioses tuvieran forma humana, ya que a nuestra raza le da por ser inmoral y deshonrar siempre a sus semejantes. Afirma que “los etíopes hacen a sus dioses negros y de nariz chata; los tracios dicen que los suyos tienen ojos azules y cabello rojo”.

De igual modo, si los bueyes y los caballos tuvieran manos y pudieran pintar, sin duda pintarían a sus dioses como bueyes y caballos. Jenófanes piensa en la deidad como algo que supera a los humanos. Algunos creen que por esta manera de razonar, se parece en gran parte a Parménides, quien fue su discípulo. Los teólogos suponen que el pensador de Colofón tiene un monoteísmo en su pensar.

Lo cierto, es que este filósofo lleva la impronta del aire de una época eminentemente física. Eran los físicos en el término más certero de la palabra. La poesía y la balbuceante ciencia nacían de la mano junto con la filosofía. Jenófanes al igual que Tales rompe con el pensamiento mítico.

Es capaz de distinguir entre la fantasía y la realidad que siempre se nos impone delante. Las verdades filosóficas no pueden darse, según este maestro, puesto que incluso si por azar damos con una verdad, no existe manera de probar con absoluta certeza que las cosas son como lo creemos. Empero, las preguntas de la filosofía no son inútiles, dado que el exponer los errores en nuestro pensamiento se puede, por lo menos, indicar que ello no es así aunque no se pueda decir por qué ciertamente sí lo es. Esta idea tiene una contraparte moderna en la metodología creada por Karl Popper.

Podemos afirmar que la contribución que hace este hombre del Asia Menor es por un lado, la crítica a las posturas de Homero y Hesíodo, héroes nacionales y un concepto cercano al monoteísmo. Una personalidad atrayente, mencionada tanto por presocráticos como por gente de la talla de Sócrates, Platón, Aristóteles y tantos otros.

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