120 filósofos: Nicolás Maquiavelo

El fin justifica los medios

1469-1527

Frater Ignatius

Filósofo renacentista, florentino de origen. Fue dramaturgo y diplomático. La gente lo conoce más por su notable y aguda obra política, concretamente El Príncipe, que hizo de su nombre sinónimo de maquinaciones políticas.

En esta obra emblemática en el tema, presenta una serie de análisis detallados de eficientes técnicas –aunque muchas veces inmorales-, atrayentes incluso para filósofos.

En El Príncipe, Maquiavelo se concentra en las técnicas que un político exitoso debe utilizar si desea alcanzar sus fines políticos, omitiendo toda justificación de corte ético o moral de los medios empleados.

La postura anterior es criticada por detractores a causa de la total ausencia de sensatez ética. Empero, es una obra de alta integridad intelectual y consistencia lógica.

Maquiavelo considera en casi toda su obra la mejor manera para que un político consiga sus fines una vez que haya determinado que estos valen la pena. La obra es de un pragmatismo extremo y lleva a la práctica inmediata los razonamientos, consejos y ardides de todo tipo con el único fin de alcanzar la meta soñada.

El Príncipe en concreto tiene algunos consejos buenos y positivos. Maquiavelo piensa que existen tres bienes políticos primarios: la seguridad nacional, la independencia nacional y una fuerte constitución.

Sin embargo, se concentra siempre en el éxito político a cualquier precio. Todo el tiempo se debe actuar con fortaleza, valor, consistencia y un talante predispuesto a hacer valer lo que se cree correcto.

La esencia en este pensador consiste en la manipulación de los demás, incluyendo el pueblo, para alcanzar el poder. Si la virtud sirve para los fines políticos pensados, entonces se aplica.

Por ello, uno debe tener y acumular más poder que el oponente. Esa es una regla de oro.

Maquiavelo construye una obra no apta para mentes débiles o pusilánimes. La entereza, la fortaleza y la falta de escrúpulos son indispensables para poner en práctica esta obra que aún está y estará vigente siempre.

Su obra cumbre es realmente un exceso, por eso debe leerse con otra obra más equilibrada del diplomático.

El Discurso nos permite apreciar a Maquiavelo con una mayor serenidad. Proporciona argumentos extensos sobre la estructura bien hecha de la constitución.

Su ideal político es la república gobernada por los príncipes, líderes de principados, pero vigilados tanto por los nobles como por los ciudadanos del común, todos los cuales unidos comparten la constitución.

El Discurso puede ser fácilmente leído por un liberal del siglo XVIII sin ocasionar demasiada sorpresa o desacuerdo. Lo anterior lo escribió Bertrand Russell.

Maquiavelo no piensa mucho en las tiranías en función de la justicia o un derecho inalienable a la libertad, sino porque las tiranías son inestables, crueles, sangrientas y más inconstantes que los gobiernos apoyados por una población satisfecha.

 Lograr un gobierno que, aunque no sea perfecto, proporcione seguridad y cierta estabilidad es la mayor preocupación política del pensador florentino.

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