Todo es número
c. 570-480 a.C.
Frater Ignatius
Pitágoras es un filósofo mítico. Parece contradictorio, pero en este personaje podemos ver una especie de equilibrio entre un pensamiento científico y otro casi religioso. Los estudiantes lo tienen bien ubicado, ya que el célebre Teorema de Pitágoras se enseña desde la educación media básica. Reza así: “La suma del cuadrado de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa”. En Babilonia y en Egipto se hallan registros de esta operación matemática pero de forma más intuitiva. Se conformó una especie de hermandad en donde tenían que seguir reglas estrictas. Algunos preceptos eran realmente curiosos. La prohibición en cuanto a ingerir frijoles puede estar relacionada con el hecho de que no querían personas que estuvieran emitiendo gases durante los tiempos de descanso o en lugares cerrados. Se permitía la entrada a hombres y a mujeres por igual. Se puede afirmar que fue una sociedad formada en Crotona con características anarquistas en el sentido de una comunidad que era independiente y producía sus productos para el consumo de sus miembros. Había que adorar al número diez representado por el triángulo. La famosa Tetraktis. Eran observadores del cielo y se dedicaron a estudiar medicina, los principios de todas las cosas y sobre todo la música a la que conferían un estatus aparte.
El maestro griego se enfrentó al problema de la inconmensurabilidad de la diagonal, el cual casi lo hizo volverse loco. Creía firmemente en lo perfecto del número entero y no soportaba la idea de los números irracionales. No obstante, el descubrimiento dramático de estos números, llevó al pitagorismo a alcanzar cotos realmente altos. Aristóteles y Platón fueron influidos por Pitágoras. El número era pensado como una entidad real que sostenía literalmente al universo. PANTA INAI ARITHMOS era un principio fundamental de la realidad para los pitagóricos. Todo está escrito en lenguaje matemático. Esta idea motriz y raíz del pensamiento abstracto llega hasta nuestros días en tesis como la hipótesis del universo matemático del cosmólogo sueco estadounidense Max Tegmark, la cual argumenta que el mundo no solo se explica plenamente a través de las matemáticas, sino que su esencia y estructura mismas son matemáticas. Todo esto obedece a un principio antrópico que posibilita la existencia del cosmos porque precisamente existe alguien que pueda pensarlo. Es un monismo en el sentido más puro. Pitágoras llega al presente y conserva su impronta intempestiva.
