120 filósofos: Zenón de Elea

La paradoja habita en el corazón mismo del universo

c. 490-430 a.C.

Frater Ignatius

Muchas opiniones según Zenón son falsas porque siempre conducen a la contradicción. En lógica se le denomina reductio ad absurdum. Existe siempre la posibilidad de caer en esta reducción hasta lo absurdo;  y más cuando se trata de someter al espacio, al tiempo o al movimiento a pruebas de una lógica contundente.

Nuestro filósofo era muy joven cuando visitó junto con su maestro, Parménides, Atenas. Ahí conocieron a un joven Sócrates y quedaron fascinados por la personalidad del hombre humilde y obediente de las leyes.

Zenón pertenecía a una familia aristocrática y era de buen porte. Admiraba a su maestro y se dice que fue un hijo adoptivo para el pensador del Ser. Se comenta que Parménides contaba con 65 años y que el joven filósofo tenía 30.

Al principio Zenón comulgaba con los pitagóricos, pero después de conocer a su viejo maestro, viró su pensamiento y se encargó de pelear ideológicamente contra los pitagóricos.

Argumenta que si el ser es uno, no admite ninguna división, ya que la realidad si se fragmentara de tal forma no existiría. La continuidad de todo lo que existe es la verdadera realidad. Esa continuidad es absoluta y el movimiento es tan solo una ilusión. También lo extiende al tiempo y al espacio, defendiendo siempre lo UNO.

Es evidente el parecido con los vedas, concretamente con la trika y con el llamado Shaivismo no dual de Cachemira. Maya, la llamada ilusión recorre todo el pensamiento de este filósofo tan rico y fascinante a nivel intelectual. Por eso es el padre de la dialéctica junto con Parménides y paradójicamente Heráclito. Su atracción es inmensa.

Pensadores de la talla de Russell, Witgenstein, Kant, Hegel, etc., lo tienen en la más grande estima y varios de los cerebros más prominentes lo han tratado con mucho respeto y cuidado. Los ámbitos son varios: lógica, matemáticas, física, filosofía y hasta la poesía, se han enriquecido con su pensamiento fino y abstracto.

Por ejemplo, en lo que se refiere al pensamiento infinitesimal, desarrollado varios siglos después como cálculo infinitesimal por Leibniz y Newton, Zenón demuestra una sutileza en el razonamiento abstracto nunca antes vista.

El eleata fue un pensador rebelde que quiso destronar a un tirano. Antes de morir en manos de Dionisio (lo cual es un dato impreciso dado por Tertuliano), le dijo: “La superioridad de la filosofía consiste en despreciar la muerte”.  

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