Por Victoriano Martínez
Si bien el 2021 fue para la gallardía el año en el que lograron uno de sus más grandes objetivos, el año que ayer terminó cerró con un acontecimiento de mucho mayor trascendencia para la ciudad, para el Estado, para el país y hasta para el mundo: la Sierra de San Miguelito ya es Área Natural Protegida. Jai Jagat, victoria para el planeta.
Una declaratoria que exhibe la miopía de las autoridades estatales y municipales recién acomodadas en sus cargos. No podía ser de otra manera: provienen del más putrefacto proceso politiquero-electoral en el que de la manera más grotesca se antepusieron los intereses personales y de grupo al interés general.
En materia política, el 2021 fue el año en el que la decadencia politiquera todavía mantiene la inercia desde distintos sectores de la sociedad, incluidos la jerarquía católica y los organismos empresariales, para adoptar una actitud genuflexa ante el grupo político que arribó al poder, que es la auténtica herencia maldita para el 2022 y cinco años más.
“Organismos empresariales, la iglesia, los ricos, todo mundo se ha rendido, aunque en el interior lo detestan, ninguno se atreve a hacer absolutamente nada”, en palabras del Notario Eduardo Martínez Benavente.
Un recuento del último año como gobernador de Juan Manuel Carreras, del arranque de la LXIII Legislatura o de la actuación del Poder Judicial da cuenta no sólo de la desaparición de la división de poderes y la sumisión al Ejecutivo, sino del incumplimiento de las obligaciones que son su razón de ser.
Una politiquería en la que el alcalde Enrique Galindo Ceballos se erige como uno de los más abyectos exponentes de la sumisión al ponerse a la orden del “pollo echado a perder”, para adoptar una actitud en exceso justiciera contra su antecesor y de traición a los intereses del patrimonio municipal si se trata de las cuentas pendientes del ex alcalde Ricardo Gallardo Juárez.
Galindo Ceballos, como cabeza del Ayuntamiento, está obligado a dar seguimiento a las 11 denuncias presentadas durante el anterior trienio por un daño patrimonial por mil 69 millones, 406 mil 919.31 pesos por lo que representan en tanto podrían generar la recuperación de recursos para el erario municipal.
La administración que encabezó Xavier Nava Palacios dejó pendiente una denuncia para recuperar un predio de 6.8 hectáreas que Gallardo Juárez se adjudicó dentro del área de reserva ecológica Parque Camino a la Presa San José, sobre el que además el Juzgado Octavo de Distrito declaró que se violó una suspensión de amparo al auto asignarse un cambio de uso de suelo para urbanizarlo.
Que un particular, hoy ex alcalde, se haya apropiado de un predio dentro de un área natural protegida y dentro de un polígono de propiedad municipal es un tema que cualquier alcalde no puede afirmar que no le compete darle seguimiento sin traicionar la representación que tiene por los intereses del Ayuntamiento.
Una muestra de que el patrimonio municipal se encuentra en riesgo, pero también de la poca importancia que la autoridad municipal, bajo la ilegal, ilegítima e inmoral sumisión a los intereses de la gallardíala, le dan a lo que sí forma parte de los bienes comunes y lo que forma parte del interés público.
Un recuento de actitudes que deja ver que para los actuales funcionarios de elección popular, en su lógica politiquera, el acontecimiento del año fue la llegada de la gallardía al gobierno estatal y la necesidad de alinearse con ese grupo para no perder prebendas, antes que con el interés público.
Tal distancia que toman del interés público esos politiqueros explica por qué no han celebrado, ni en público ni en privado, la declaratoria de Área Natural Protegida para la Sierra de San Miguelito, el verdadero acontecimiento del año.
Quizá en privado lo que discutan sea otra cosa relacionada con los abusivos intereses empresariales que se vieron afectados… pero esas son historias de la opacidad que los caracteriza.
El 2021 cerró con el trascendente decreto que declara Área Natural Protegida a la Sierra de San Miguelito.
El 2022, que hoy inicia, ante autoridades tan irresponsables, tendrá que ser el año de la participación ciudadana en materia ambiental que logre sentar las bases para que la protección a la Sierra de San Miguelito sea efectiva y una permanente victoria para el planeta.