Gobierno federal austero y gobiernos estatales ricos y derrochadores.
Aunque se pregona que para la administración pública el 2016 será muy complicado en materia de recursos y que por tanto, se avecina una temporada de vacas flacas, lo cierto es que nada más falso que eso. Todo lo contrario, el Presupuesto de Egresos de la Federación contempla un incremento del cinco por ciento en el monto destinado a las entidades federativas, mismas que por cierto, ejercen los recursos en absoluta opacidad, de manera clientelar y sin rendir cuentas a nadie.
Es hábito de los gobernantes decir que no hay dinero, que no hay recursos que alcancen, que no hay presupuesto y ya en situación de descaro, como hizo Fernando Toranzo, piden a la gente que mejor se encomienden a Dios.
Para el año entrante, el Presupuesto de Egresos de la Federación propuesto por el Gobierno de la República a la Cámara de Diputados considera para las entidades federativas un paquete de un billón 321 mil millones de pesos.
Por concepto de participaciones, los estados captarán 679 mil 350 millones de pesos y por aportaciones 616 mil 523 millones de pesos, reporta un estudio del periódico El Financiero.
Hasta donde se sabe por el momento, los ajustes al presupuesto no tocan a los gobiernos estatales que tienen la seguridad de seguir contando con recursos sin hacer el mínimo esfuerzo por mejorar los ingresos propios.
Para San Luis Potosí se espera un presupuesto superior a los 37 mil millones de pesos que mantiene un crecimiento del orden del siete por ciento anual en el último sexenio, período en el cual, pese a las quejas de Fernando Toranzo, San Luis Potosí recibió los recursos más elevados de la historia.
El presupuesto crece aunque el gobernador no se aplique en ello, llega por inercia, no obstante, la gigantesca tajada del pastel no se limita a las aportaciones y participaciones programables, sino que éstas se pueden potenciar de acuerdo con el espíritu luchón y emprendedor de cada gobernador.
Fernando Toranzo fue muy malo en ese del cabildeo, casi quería que los legisladores y funcionarios federales vinieran a tocarle la puerta. Esa desidia provocó que los recursos llegaran en menor cuantía a la que se podría haber esperado.
En estos días empezarán los legisladores federales y secretarías de estado el jaloneo presupuestal y en ello, los verdaderos gobernadores si estarán muy ocupados. Dinero habrá, pero hay que salir a pelear por él.
Es de esperarse que Juan Manuel Carreras López ya ande en esos menesteres que a Toranzo ya no le tocan. Lo mejor sería que el gobernador electo ya se haya puesto a trabajar a fin de lograr más recursos de los que ya se tienen en la agenda federal.
Se le ha creado a Carreras fama de tener buenos vínculos en el gobierno federal, de tener amistad y contacto con políticos de los principales partidos, de ser una persona que goza de la querencia de servidores públicos. Pero eso está por verse, si ese perfil es cierto, tendrá que demostrarlo con hechos.
Las comisiones de Presupuesto del Congreso van a programar reuniones con todos los gobernadores, pero como siempre, habrá unos más interesados que otros. Toranzo fue de los desinteresados o displicentes y cuando le tocaba el turno llegaba sin proyectos ejecutivos y solo con buenos deseos, por eso nunca logró nada trascendente.
Que no salgan con el mismo cuento de los últimos seis años en el sentido de que no hay dinero, si lo hubo y si habrá, pero como todo, las cosas no caen del cielo, hay que ir a buscarlas.