Por: Antonio González Vázquez.
El próximo viernes 11 de noviembre se cumple un año de que la Comisión Estatal de Derechos Humanos sugirió al gobernador, Juan Manuel Carreras López que solicitara al Gobierno Federal la Alerta de Género debido al elevado número de feminicidios ocurridos en San Luis Potosí.
Según el informe que el Ombudsman dio a conocer el 11 de noviembre de 2015, de junio de 2011 a marzo de 2015, se registraron 124 homicidios de mujeres, los cuales pudieron haber sido considerados como feminicidios, pero sólo 37 fueron tipificados como tal.
Luego de eso, a petición del gobierno local, la Secretaría de Gobernación dio inicio al proceso para ver la factibilidad de hacer la Declaratoria sin que hasta el momento se tenga una definición. El gobierno local entregó hace unos días un informe con la respuesta a recomendaciones hechas y ahora se está a la espera de que se diga si procede o no la Declaratoria.
Mientras eso ocurre, Astrolabio Digital presenta una crónica de los 30 asesinatos de mujeres en la entidad desde que el doctor Carreras es gobernador. Seguramente no son todos los casos puesto que los datos provienen del seguimiento hemerográfico de los ejecutados en la entidad, pero es la cifra más cercana a la realidad. Aquí lo tienen, el amable lector podrá comprobar que San Luis Potosí es un estado de alta peligrosidad para la mujer.
El día 26 de septiembre de 2015, en el primer día del gobierno de Juan Manuel Carreras López, la Procuraduría General de Justicia del Estado confirmó que el cuerpo rescatado el pasado 18 de septiembre de las aguas del Río Valles, correspondía a Brazil Guadalupe Salazar Añorve, quien estaba reportada como desaparecida. Fue uno de los crímenes que la anterior administración dejo sin resolver. Ocho días después de haber sido asesinada la joven, la autoridad forense logro identificarla.
El primero de octubre de 2015, en una vivienda de la calle Hidalgo del municipio de El Naranjo, la policía localizó dos cadáveres en avanzado estado de descomposición. Se trataba de madre e hija, las dos costureras de oficio, a las que les quitaron la vida de forma similar, por ahorcamiento, y utilizaron el mismo cable de transmisión de energía. Una tenía 45 años y la otra 24.
Maricruz Pérez se dedicaba a los cortes de pelo, hacía el manicure, teñía el pelo y hacía cortes para ocasiones muy especiales. Vivía en Paseo de los Olmos en la Florida del municipio de Matehuala. El domingo 25 de octubre de 2015 a los vecinos de la colonia les llamó la atención que las puertas de su estética y vivienda a la vez, estuvieran abiertas de par en par, pues siendo domingo, Maricruz se dedicaba a descansar. De súbito, a algún curioso le dio por entrar a la vivienda y en el patio se encontró el cuerpo de Maricruz que yacía en el piso. Tenía 27 años y murió estrangulada. Un misterio el caso, puesto que no se robaron nada, lo que supondría, quizá, un feminicidio.
Durante la madrugada del 28 de octubre de 2015 en el Hotel La Mina del municipio de Matehuala la policía encontró el cuerpo de una mujer que tras haber sido asesinada, pretendieron incinerar al causar premeditadamente un incendio en la habitación donde yacía el cuerpo. Los primeros indicios de la policía apuntaban a un feminicidio.
El lunes 2 de noviembre de 2015, los estudiantes de la escuela de educación media a distancia ubicada en la comunidad de Tampaxal del municipio de Aquismón, descubrieron el cuerpo sin vida de una adolescente de entre 15 y 17 años. Yacía boca arriba en un espacio entre el muro trasero y una de las aulas de la escuela. Tenía el rostro destrozado y presentaba heridas en el cuello, pretendían ahorcarla y al final sus victimarios la mataron a golpes, en especial, los que de modo contundente le propinaron en la cabeza. Se llamaba Martha Santiago. Nadie supo quién ni porque la asesinó con tal saña. La policía tampoco encontró explicación. Los habitantes de la comunidad estaban indignados y especialmente alarmados, pues el crimen fue catalogado como feminicidio, pues se habría violado a la víctima.
Flor Valeria acompañaba a su tío Jorge. Eran como las diez de la noche del viernes trece de noviembre en un camino de la comunidad de Santa Ana de Arriba, municipio de Matehuala. No se sabe cómo, pero a eso de las cinco de la mañana del sábado 14 de noviembre de 2015, a la madre de Flor que había pasado las horas buscándola, le avisaron que ya la habían encontrado, pero muerta. Flor Valeria solo tenía once años y había iniciado el primer grado de secundaria. El agente del Ministerio Público reportó que la niña fue asesinada por asfixia; le dieron muerte al ahorcarla con su propia blusa. Antes la habían violado.
En la comunidad de Ojo Zarco de Arista, perteneciente al municipio de Mexquitic de Carmona, Doña Eduarda, de 61 años de edad fue abatida de modo cruel: le dispararon por la espalda. Le dieron cuatro tiros de arma corta. Su cuerpo quedó a la orilla de un camino que solía tomar para llegar a su casa. Nadie habría visto su cuerpo a no ser porque unos vecinos que pasan por el lugar a eso de las once de la noche del 16 de noviembre de 2015, pasaron a buscarla y se estremecieron al detenerse ante un charco de sangre.
En la Yerbería “La Santa Muerte” una mujer encontró la muerte. La ejecutaron de cinco balazos, tres de ellos, en el rostro. Hacía apenas unos meses, la mujer había abierto su negocio en la colonia Valle de San Isidro del municipio de Soledad de Graciano Sánchez. Además de vender yerbas con presuntos poderes curativos, era devota de la Santa Muerte, tanto, que así bautizó su yerbería. Como suele ocurrir, la policía no tenía la menor idea de quién o quiénes habrían ejecutado a la mujer ni tampoco cuál habría sido el móvil del crimen ocurrido la noche del 18 de diciembre.
Con apenas diecisiete años, a Rosa la mataron a golpes y la violaron. Su cuerpo pequeño y delgado fue abandonado en un camino de la comunidad de Barrio de Guadalupe, municipio de Alaquines. Para ultrajarla, su atacante la golpeó con un leño en la parte derecha de su cabeza; luego, la arrastró unos metros mientras iba dejando parte de su ropa tirada. La desgracia ocurrió el 28 de diciembre y la policía no supo precisar a qué hora ni quien habría sido el o los agresores.
A todos les causó extrañeza que doña Esperanza no abrió su negocio frente al mercado municipal de Cedral. Transcurría el día 12 de enero de 2016 y al anochecer, sus familiares ya estaban preocupados por ella, puesto que su negocio también era parte de su casa, así es que ingresaron y cual fue su sorpresa al encontrar el cuerpo inerte de Esperanza. La Policía Municipal concluyó que le arrebataron la vida a golpes.
Lilian de 15 años de edad fue secuestrada y sus captores la asesinaron. Lilian de Jesús Espinoza Hernández vivía en la cabecera municipal de Tampamolón y quienes la conocían dicen que era además de alegre, muy bondadosa y amigable. Para ayudarse en los gastos de la escuela vendía bisutería. El jueves 18 de enero por la tarde salió a ofrecer algunos de sus productos y ya no regresó a casa. Sus padres y amigos la buscaron infructuosamente por todo el municipio y en redes sociales. Ya el sábado, la policía localizó, previa denuncia anónima, una fosa y en su interior estaba Lilian. Según los peritajes en el lugar, a la chica la torturaron y luego la ahogaron en un tanque de agua.
Al principio nadie sabía como se llamaba, ni cuantos años tenía, ni tampoco de dónde venía. Lo único que se supo de ella fue que alguien le cortó la cabeza y luego lo envolvió en una cobija y lo metió en bolsas negras para dejarlo abandonado en la colonia Progreso, a unos metros de las vías del ferrocarril. Quienes pasaban por el lugar por la noche del 16 de febrero de 2016, se cimbraron con un sentimiento de terror y estupor al extremo. El cuerpo decapitado fue levantado por la policía y en ningún lugar de la zona fue posible localizar la cabeza. Más tarde, se supo que su nombre era Flor de María, que vivió en la colonia Dalias y que apenas tenía 20 años. Por cierto, nueve días después de la ejecución, la policía encontró la cabeza de Flor de María. Estaba en un lote baldío de la calle Simón Díaz de la colonia San Leonel.
Samantha Jocelyn quería ser doctora pero la muerte la recogió en su seno. A sus escasos 21 años estudiaba en la facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Por la mañana del 6 de marzo de 2016 encontraron su cadáver en el estacionamiento de un edificio de departamentos ubicado en Río Nazas en Lomas. La joven originaria de Guanajuato habría caído desde una altura de diez metros y murió, pero llamó la atención que presentaba huellas de haber sido maniatada puesto que tenía lesiones en las muñecas y tobillos. Cayó ¿O la arrojaron? por un pozo de luz.
El día 8 de abril de 2016, el procurador de Justicia, Federico Garza dio a conocer el hallazgo del cuerpo de una chica de 17 años de edad en las aguas del Río Axtla en el municipio del mismo nombre en la Huasteca. No ofreció ningún detalle al respecto, se limitó a decir que se aplicó el protocolo de investigación relacionado al feminicidio, lo cual no deja de ser un hecho casi insólito puesto que el procurador nunca informa de tragedias como la de Axtla.
El 9 de abril de 2016 mataron a doña Lourdes que tenía 62 años de edad. Murió junto a su esposo, don Francisco.La escena fue presentada de manera escueta por parte de la Policía Ministerial, como si no mereciera la sociedad una mayor explicación: “Los cuerpos de los occisos se encontraban en la cocina de la vivienda, quienes a simple vista, el hombre presentaba un golpe en la cabeza y un lazo alrededor del cuello; la mujer fue hallada con una bolsa de plástico sobre su cabeza hasta el cuello”. El crimen ocurrió en el 133 de la Cerrada de Monte Bonet de la capital potosina.
El diez de abril, María Guadalupe salió a cenar. Tenía antojo de unos tacos y entonces, con dos amigos se fue a una taquería de la Avenida México puesto que se sabía que en Tacos “Min” servían unos exquisitos al pastor y otros de cabeza para chuparse los dedos. Apenas habían llegado a donde los tacos cuando uno sujetos que iban en un vehículo empezaron a dispararles sin importar que en el lugar hubiera otros parroquianos. A María Guadalupe de 41 años de edad la hirieron de gravedad igual que a uno de sus acompañantes. Ella, al llegar al hospital falleció y su compañero murió horas después.
Cecilia Guadalupe no pudo felicitar a su mamá el Día de las Madres porque la mataron en la madrugada del 10 de mayo, cuando andaba de serenata junto con varios amigos en la delegación municipal de Bocas. Un grupo de amigos se habían organizado para ir a cantar las Mañanitas a sus mamás y para ello se trasladaron en una camioneta Explorer gris. La madrugada se extinguía cuando pasaron por la comunidad de El Mezquital y al escuchar el estruendo de los disparos prefirieron salir de ese lugar sin darse cuenta que a Cecilia Guadalupe había sido mortalmente herida, la llevaron al médico en Bocas pero ya había fallecido. Nadie supo quién fue ni tampoco por qué los agredieron; la policía llegó al lugar tres horas después de los hechos y como lo dicta la promesa trillada, se aprestarían a investigar para dar con los responsables. Por cierto Cecilia Guadalupe tenía solo 19 años de edad y vivía en la comunidad de Rancho San Rafael.
Al filo del mediodía del 27 de mayo, doña Juanita cerró su modesta tienda de abarrotes para ir a comer un poco, así se acostumbra hacer en San Elías, un rancho del municipio de Tierra Nueva. Iba a su cocina cuando alguien tocó fuertemente la puerta de madera del tendejón, así es que se regresó, porque a sus 75 años de edad sabía que no estaba de más atender a un cliente en días de tan bajas ventas. La acompañaba otra mujer de la que no se supo su nombre, pero apenas abrieron la puerta, cuando unos sujetos se las amagaron y golpearon. A doña Juanita la ataron a un poste y la estrangularon mientras que su compañera había quedado inconsciente por los golpes que le dieron. La policía Ministerial resolvió que los sujetos habían entrado a robar aunque a decir verdad, no supieron ni qué se robaron.
Alondra apenas tenía 18 años de edad y estudiaba la preparatoria. Vivía feliz hasta que la mataron unos agentes de la Dirección General de Seguridad Pública del Estado. Era de noche del 30 de mayo en la carretera Moctezuma-Villa de Arista y Alondra viajaba junto con unos amigos en una camioneta, iba a su casa. No pasaba nada, hasta que la patrulla 02369 se les próximo y sin más empezaron a disparar, la camioneta pickup gris en la que viajaba Alondra, otra chica y dos adolescentes, salió de la carretera y fue a parar entre la maleza y el lodazal. Alondra murió al instante. De hecho, acribillaron la unidad, la unidad tenía 17 orificios de bala, seis de ellos en la cabina donde viajaban los adolescentes. Los agentes de la patrulla 02369 al darse cuenta de su crimen crearon su versión de los hechos, misma que dice que les marcaron el alto a los jóvenes y que al no detenerse y al estar probablemente relacionados con un crimen, les dispararon.
Doña Lucila vivía en la colonia La Pimienta en el municipio de Ciudad Valles y alguien entró a su casa, la torturó y enseguida la mató. La ahorcaron y luego la dejaron en un sillón de la sala, como si estuviera descansando. Tenía 62 años y vivía sola, sus hijos se había ido desde hacía años a Estados Unidos y una de sus hijas estaba en Querétaro y hablaban con telefónicamente, pero el día 17 de junio de 2016, Doña Lucila desconectó el teléfono porque recibía llamados de un presunto extorsionador. Un vecino entró a la casa y se encontró el cuerpo de la señora que tenía un cable atado al cuello; la habían ahorcado. El caso fue tipificado por la Procuraduría como un feminicidio.
Beatriz tenía solo 23 años y tres hijos cuando la mató a golpes su esposo en la delegación de Bocas. La mató su esposo Roberto. Curioso, el 19 de junio de 2016 era el Día del Padre y Roberto mató a su esposa frente a una de sus hijas de apenas ocho años de edad. Un feminicidio más a ser investigado, pues al momento de la aprehensión del feminicida no se aportaron datos sobre los motivos que lo llevaron a matar a su esposa.
Muy de mañana el 26 de junio de 2016, entre los matorrales secos de un camino cerca de la cabecera municipal de Villa de Zaragoza, fue localizado el cuerpo maltrecho y torturado de una mujer, sufría sendas heridas de bala en el cuerpo. Según estimaciones de la policía, el cuerpo fue abandonado en ese lugar por lo que se desconocía no solo a los autores del crimen, sino también sus porqués y dónde la ejecutaron. Como en muchos casos, el cuerpo fue clasificado como desconocido.
Camelia y Alexis, madre e hijo, ella de 41 y él de 20 años, murieron violentamente en la madrugada del domingo 17 de julio de 2016 en la violentísima colonia Satélite en la capital potosina. Unos sujetos traían algo con Alexis así es que en la calle Estados Unidos de América, le echaron un vehículo encima, cayó con todo y moto en la que viajaba y enseguida le dispararon, su madre salió corriendo de su casa para brindar apoyo a su hijo perro fue recibida a balazos y ahí la mataron.
Miguel y Gloria salieron de su casa a eso de las diez de la mañana del domingo 28 de agosto de 2016. Iban de compra para surtir la alacena de su casa ubicada en la comunidad de El Durazno del municipio de Ahualulco. Se dirigían a Santa Teresa, una comunidad cercana, pero a medio camino, un grupo de hombres armados les salieron al paso y dispararon contra la camioneta Silverado en la que viajaban Miguel y Gloria quienes, de acuerdo con reportes de la Policía Ministerial, murieron en el lugar de los hechos.
Nancy iba a la escuela a dejar a sus hijos pero la mataron de un certero tiro en la cabeza y a su esposo lo secuestraron o mejor dicho, lo levantaron. Fue el primero de septiembre en Ciudad del Maíz luego de las siete de la mañana. Su cuerpo yacía a un lado de la camioneta Ford negra desde donde sus hijos vieron como la masacraron. Nancy trabajaba en la Dirección de Desarrollo Municipal y era esposa de Luis Edmundo Espinoza, que fungía como director de la Unidad de Protección Civil.
En el rellano del antro El Siete Mares localizado en la zona de “La Curva”, que en Ciudad Valles es conocida por albergar bares, cantinas y cervecerías de mala muerte ejecutaron a una mujer que, junto con su esposo, conversaban animadamente en a las puertas del local. Desde un vehículo en movimiento, les dispararon a eso de las seis de la tarde del día 7 de septiembre de 2016.
Joana apenas tenía 24 años de edad cuando la mataron. Corrían los primeros momentos de la noche del 7 de octubre de 2016 cuando recibió un disparo de arma de fuego. Su agresor, su propio esposo. La policía activó el protocolo de feminicidio porque, de acuerdo con testimonios de vecinos de la calle de Ciudad del Maíz de esa comunidad de Soledad de Graciano Sánchez, el asesino agredía continuamente a su esposa hasta que al final la mató.
A las 22:30 horas del lunes 17 de octubre de 2016 en la comunidad de El Leoncito del municipio de Villa de Hidalgo, Ana de 33 años de edad y su hijo Jonathan de 16, fueron asesinados por su padrastro quien luego huyó. La Procuraduría General de Justicia aplicó el protocolo de investigación por feminicidio ya que de acuerdo con testimonios, el marido de Ana la agredió a golpes luego de una discusión y al final la mató con arma blanca al igual que a su hijo.
El día primero de noviembre de 2016, en un sendero adyacente al camino que conduce al ejido San José del Limón del municipio de Tamuín, fue localizada una osamenta que estaba apenas cubierta por tierra y hojas de los árboles de la zona. Entre los huesos esparcidos en el camino, la policía ubicó una garrafa donde había diesel y también los restos de prensas femeninas, lo que hacía suponer que se pudo tratar de un feminicidio, pero en el lugar de los hechos, los Ministeriales dijeron que lo mejor sería investigar así que empezaron a investigar, aunque nadie sabe si eso dará algún resultado.
El 2 de noviembre de 2016 la policía encontró los cuerpos de un hombre y una mujer que fueron ejecutados con sendos disparos en la cabeza. El doble crimen ocurrió en el municipio de Vanegas. La policía municipal recibió una llamada para dar cuenta de que se habían escuchado disparos cerca de la zona centro del municipio y al acudir al lugar, da el caso que al interior de una cervecería denominada “Micheladas Los Paisas” estaban los cuerpos de un hombre, al parecer el dueño del negocio, llamado Jorge y cerca en otro cuarto, estaba Guadalupe Verónica de 18 años de edad.