#8M2023 | Unión, protección y coraje entre las mujeres de Rioverde

Fernanda Durán

En un ambiente serio y en alerta, desde las 11:30 de la mañana un grupo de mujeres que conformaban el bloque de seguridad se encargaba de coordinar a manifestantes y periodistas que estarían en la marcha del Día Internacional de la Mujer, que partió desde la plaza principal de Ciudad Fernández, con destino a Rioverde.

Apenas comenzaba el segundo año en el que se organizaba esta marcha en la zona Media, donde colectivas y mujeres tanto de Rioverde, como de Ciudad Fernández, se acercaban al punto de reunión para colaborar en los preparativos. Mientras tanto, el llamado “bloque negro” revisaba el perímetro del punto de encuentro por precaución ante algún intento de represión o exhibición hacia las participantes.

La alegría, nerviosismo, coraje y la motivación se percibía por aquellas madres, hermanas o compañeras de todas las edades que se unieron en una convivencia dentro de un espacio en el que varias querían ser escuchadas o participaban por primera vez.

Durante la espera, las mujeres ya presentes se protegían del sol, buscando una sombra amplia, pues se esperaba una afluencia considerable. Mientras tanto elaboraban carteles, compartían comida, adquirían pañuelos verdes y morados, e invitaban a todas a denunciar a sus agresores de forma anónima o para compartir sus testimonios.

Cerca de las 12:40 los niños salieron de las escuelas cercanas, compran frituras, raspas y dulces junto a sus madres, quienes observan cómo las chicas siguen convocando a la marcha, por lo que esas mismas madres con sus hijos optan por comprar un pañuelo distintivo morado como muestra de apoyo a la lucha por una vida libre de violencia, en una zona donde las protestas feministas son algo casi nuevo, lo que lleva a los pequeños a cuestionar de que se trata.

Ya con más asistentes, algunas mujeres se veían motivadas, pues afirmaron que apenas el año pasado fue la primera marcha que se realizó y se contó con grupos reducidos. En esta ocasión las madres acudieron con sus hijos y convivieron con las chicas para crear sus carteles.

Alrededor de las 13:30 horas, la colectiva Libres y Sororas, que gestionó el itinerario del día, brindaba indicaciones de protección, así como el desarrollo de las actividades, ya que estaba apunto de comenzar la conmemoración que daría paso a la marcha y las pancartas serían pegadas en los dos municipios por donde pasaría el contingente.

“Por las que estamos, por las que vienen y por las que nos arrebataron”, comenzaban las consignas.

Minutos antes de las 14:00 horas comenzó la conmemoración en el quiosco ubicado al centro de la plaza, con testimonios de aquellas mujeres que han sufrido violencia, abuso por parte de “amigos”, exparejas y demás personas cercanas; otras mujeres pidieron justicia por sus familiares, pero todas con indignación reprocharon que se normalice la violencia e insistieron en que la víctima jamás será culpable de lo que le sucedió.

Posteriormente, cada una escribió en dos siluetas de cuerpos hechas de cartón, los nombres de sus agresores o la situación de violencia que enfrentaron a fin de realizar la quema simbólica de los agresores y pasar a colocar los carteles en la presidencia municipal de Ciudad Fernández donde ninguna autoridad intervino a excepción de algunos que intentaron tomar fotos, pero el comienzo del recorrido los detuvo .

El “bloque negro” se encargaba de detener el tráfico para que más de 100 mujeres ocuparan las calles completas, entre los comentarios negativos o desacuerdos con la protesta, las colectivas y mujeres mantuvieron el grito de las consignas que arropan la manifestación.

“¡Señor, señora, no sea, indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente!”, gritaban.

Las niñas fueron espectadoras del movimiento; personas desde sus autos fomentaban el grito de las consignas y familias desde sus casas o la calle solo grababan el momento. Ante ello el bloque de seguridad exigía a esas personas que eliminaran el material, pues vulneraba la seguridad de las manifestantes.

Ni el sol ni el calor detuvo el megáfono que fue la guía de su protesta; el eco de algunas voces trajo a la memoria a Ale García y Lupita González, víctimas de feminicidio, así como a Tania, Patricia, Yatzell y Berenice, quienes permanecen desaparecidas.

A las 15:00 horas el contingente arribó la plaza principal de Rioverde, donde se percataron de que el ayuntamiento retiró las letras monumentales ante la protesta anunciada y en su lugar colocó un lienzo blanco a modo de “otorgar un espacio” para la iconoclasia esperada, lo que causó molestia en las manifestantes y con ello la destrucción de dicho lienzo por parte de las encapuchadas del bloque de seguridad, no sin antes escribir un mensaje:

“La capital del mundo es feminicida. No estamos todas”.

En simultáneo, las colectivas colocaron carteles y un tendedero de denuncias por acoso y hostigamiento sexual, en el cual aparecieron desde profesores hasta alumnos de distintas preparatorias de la zona; tendedero que era visitado por las personas que pasaban por el lugar para identificar a algún conocido entre los señalados.

Por más de 20 minutos, adolescentes, estudiantes, trabajadoras y emprendedoras compartieron decenas de testimonios de violencia en sus espacios de trabajo, en áreas comunes e incluso en las instituciones, historias compartidas dentro de un círculo cubierto por cartulinas que resguardaban la identidad de las denunciantes.

Al filo de las 15:30 la manifestación se posicionó frente a la sede del Ayuntamiento de Rioverde: el punto de la protesta que muchas temían y otras deseaban por el nivel de expresión que representa irrumpir en un edificio como ese; algunas participaron y otras decidieron quedarse atrás, apoyando de lejos.

En este punto de la marcha, el alcalde Arnulfo Urbiola Román fue señalado por encubrir a agresores, además se pidió al Gobierno del Estado que se inicie una investigación en su contra tras la desaparición de Berenice Rubio González, quien era empleada directa del alcalde y que presuntamente recibió amenazas antes de ser despedida.

Tan sólo 30 minutos bastaron para que las consignas tomaran fuerza en el cierre de la segunda conmemoración del Día Internacional de la Mujer en este municipio; una protesta que comenzó con las más adultas y terminó con aquellas jóvenes inspiradas en el cambio.

Aunque la marcha fue separatista, por y para las mujeres, adoptó a aquellos jóvenes que acompañaron a sus familiares, aquellos hermanos que acompañaban a sus hermanas en la lucha por sus derechos. Mientras otros hombres insistieron en grabarlas, desafiando el respeto que se pidió desde un inicio.

El temor se va y todas buscan la manera de expresar su fuerza a través de la iconoclasia en los monumentos que ya no representan su objetivo inicial; ahí donde las adolescentes confían en su fuerza para lanzar lo que encuentren hacia la presidencia municipal contra la gran indiferencia del presidente municipal, sin protección ni seguridad en un “municipio feminicida”.

 

La protesta finalizó casi en punto de las 16:00 horas, con mujeres empapadas de agua por tomar el edificio del Ayuntamiento, manchadas de pintura y con más coraje que antes de unirse a la marcha. Todas comenzaron a dispersarse especialmente las colectivas y algunas jóvenes se reencontraron con sus amigos para contarles lo ocurrido, sobre su participación en este segundo año de protestas en Rioverde.

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