Esper y Sheen: complicidad y engaño

Alejandro Rubín de Celis

La imaginación de los políticos y de sus propagandistas para proyectar una buena imagen en favor de los primeros, parece no tener límites. Siempre hay una nueva forma de engañar a electores, representados y a la gente en general con tal de que los vean como salvadores y seres superiores al común de las personas.

A la clásica gacetilla en medios informativos ꟷpropaganda presentada como notas o entrevistas periodísticasꟷ vinieron los infomerciales, los publirreportajes y la publicidad integrada ꟷmensajes proselitistas insertados en telenovelas y programas de revista, entre otrosꟷ, todos pagados regularmente con recursos públicos aunque su objetivo tenga fines particulares.  

Fotografías del candidato en grandes mítines, tiernas imágenes del político que abraza niños y personas de la tercera edad, el funcionario que inaugura la obra que tanta falta hacía y que nadie antes tuvo la voluntad de hacer; el alcalde, el gobernador o el presidente del país apareciendo en programas de televisión y radio en entrevistas a modo sin que las audiencias sepan que son pagadas y cuyo fin es dar la idea de que es un buen mandatario, aunque no sea así.

En la inmensa mayoría de los casos esos materiales propagandísticos no se identifican en los medios como inserciones pagadas, lo que suele engañar a lectores, televidentes, radioescuchas o cibernautas quienes generalmente no se dan cuenta de que esos contenidos tienen fines proselitistas. En otros casos, para quienes intuyen que algo no está bien en esos mensajes, lo que les provoca es confusión, y hay quienes acaban dándose cuenta de que se trata de una farsa. 

Como ya no es tan fácil manipular a la gente con esas estrategias, los genios de la mercadotecnia política buscan y encuentran otras formas de engañar a las audiencias para favorecer a sus clientes y, en ocasiones, las generan los propios políticos que se verán beneficiados.

Acabamos de conocer una ellas. Se trata de la “felicitación” que el actor Charlie Sheen hizo al alcalde de Ciudad Valles, Adrián Esper Cárdenas, con motivo de su primer informe de gobierno. 

El “reconocimiento” a su buena gestión no fue gratuito, tuvo un costo de 550 dólares ꟷalrededor de 10 mil 800 pesos al tipo de cambio de las últimas semanasꟷ, aunque no se sabe si se pagó o se va a pagar con fondos de la hacienda municipal o si saldrá del bolsillo del alcalde.

“¡Ciudad Valles! Soy Charlie, ¿cómo están? Felicidades, Andy Panda, por tu excepcional trabajo este primer año (…) “Apoyaste a tu comunidad y trabajaste muy duro para mejorar toda la ciudad, por lo que me gustaría felicitar a esta turística ciudad: ¡Ciudad Valles! (…)  ¡Felicidades, Adrián! ¡Viva San Luis! Y ¡Viva México!”, dice el comediante en un video difundido por el alcalde en redes sociales.  

Para quienes no cuentan con ciertos conocimientos sobre las formas engañosas como se venden los políticos o cómo los ofertan sus panegiristas, esto puede sonar como un mensaje dirigido a una persona bien conocida ꟷen este caso Esperꟷ, de hecho muy cercana, quien por alguna razón tuvo la oportunidad de conocer a este popular personaje del cine y la televisión estadounidenses.

Con tal de ganarse unos cientos de dólares ꟷque sumados a quienes felicita de una manera similar en otras latitudes debe representar una buena cantidad de dinero para un hombre que ya de por si es ricoꟷ Charlie Sheen se presta al juego y se convierte en cómplice de una farsa, mientras que el político hace creer a sus representados y a la gente en general que él se relaciona con personas importantes, en este caso del mundo del entretenimiento.

¿Sería Sheen quien elaboró el mensaje? Desde luego que no. El texto lo debe haber elaborado y enviado el equipo de comunicación del ayuntamiento de Ciudad Valles al actor, o algún propagandista externo contratado por Esper, para que simplemente se lo aprendiera y lo dijera frente a una cámara.  

El emisor del mensaje es cómplice pero el responsable directo del engaño es el presidente municipal que está dispuesto a pagarle a un reconocido personaje con tal de aparentar una relación muy cercana, se podría decir que de una antigua amistad, que en realidad no existe.

Más allá de que este tipo de triquiñuelas se paguen o no con recursos públicos ꟷpor supuesto que pagados con fondos del erario es aún más graveꟷ hay un sesgo en el mensaje que afecta el derecho a saber de las personas sobre la realidad de una administración pública y el desempeño de un alto funcionario que los electores llevaron al cargo.

Contratar actores, actrices y cantantes famosos es una nueva modalidad que emplean los políticos para hacerse promoción personalizada. ¿Cuántos más de ellos harán pronto uso de esta cuestionable estrategia para hacerse propaganda? ¿Qué nuevas formas se inventarán en el futuro para que esos personajes públicos sigan intentando engañar a la gente, a quienes de buena fe los llevaron al poder? 

Hay que estar atentos para evitar que esta clase de mentiras tengan alguna influencia en cuanto a la percepción que sobre la realidad debemos tener de nuestros representantes y que debe ser producto del consumo de información de calidad que los propios medios informativos están obligados a proporcionarnos, sin que se les pague por hacer algo que es su responsabilidad fundamental. 

También es importante promover una alfabetización mediática entre la población y en las escuelas y universidades para que la gente aprenda a desenmascarar estas tretas de quienes dicen representar sus intereses.

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