Por Victoriano Martínez
Sabido es que desde que surgieron, las oficinas de comunicación social en las dependencias gubernamentales nunca han cumplido una función como enlaces entre la autoridad y la ciudadanía para que ésta esté bien informada del desarrollo de la acción gubernamental e incluso pueda llegar a ser partícipe en ella.
Nunca han sido oficinas de comunicación social. Desde su surgimiento han tenido en realidad una evolución totalmente en sentido opuesto: de comenzar como meras oficinas de prensa para promover en los medios de comunicación a los funcionarios, se han convertido en verdaderos gabinetes de imagen.
En los hechos, se han encargado de crear o de mantener una imagen positiva de personas o de instituciones, aun cuando estas personas o instituciones no merezcan esa confianza. En esas condiciones, mantener la imagen positiva del funcionario coloca el presupuesto para esa área en una abierta violación al párrafo octavo del artículo 134 constitucional.
De la actual administración municipal se esperaba que se diferenciara completamente de la anterior, y eso incluía sus estrategias de comunicación. No obstante, en esta área prácticamente desde el inicio, hace ya un año, comenzó a recorrer los pasos de su antecesor.
Las gacetillas en los diarios, desde la primera semana, sólo cambiaron el tono de los fondos en las imágenes de color amarillo a pantallas en azul.
En cuestión presupuestal, igual que en la anterior administración, para el sexto mes del año ya se había ejercido más de lo programado, aunque ahora cuenta con ampliaciones presupuestales que modifican lo destinado a esta violación constitucional de 37 millones 642 mil 124 pesos a 84 millones 260 mil 204 pesos.
Cual si estuvieran propuestos a seguir el mismo guion de la gallardía, el pasado 28 de septiembre la administración de Xavier Nava Palacios estrenó un instrumento más de promoción de imagen: un periódico impreso llamado “Despertar”.
Ricardo Gallardo Juárez tuvo el suyo. Se llamó “El ayuntamiento Metropolitano informa”, y al inicio tuvo un costo de impresión quincenal de 44 mil pesos, con una circulación de diez mil ejemplares.
En ambos, Despertar y El ayuntamiento Metropolitano informa, el protagonista principal es el alcalde.
Por mucho que Nava Palacios califique a Despertar como un medio informativo y no un pasquín para publicitar los logros de su gobierno, basta una lectura simple de los encabezados para reconocer el tono propagandístico antes que informativo.
En Despertar del 28 de septiembre aparece como encabezado principal “¡San Luis ya despertó y va por algo mucho más grande!”, y destaca los puntos que consideran sobresalientes en el Primer Informe del alcalde.
Por si no fuera suficiente, este miércoles en la carrera por la promoción personal quedó el registro de un traspié por parte del promotor responsable de la imagen de Nava Palacios: Tiburcio Cadena promovió en un grupo de Whatsapp de reporteros una presunta marcha que busca desacreditar al diputado federal Ricardo Gallardo Cardona, y que a la vez denigra a una conductora de OneClick.
El portal de noticias OneClick, que ha sido considerado como un medio gallardista, ya fijó una postura pública en la que “EXIGE al ayuntamiento de San Luis Potosí que preside Xavier Nava Palacios y específicamente a su director de Comunicación Social, Tiburcio Cadena, una disculpa por difamar y agredir a una conductora de este medio, así como anteriormente a una reportera”.
Si de por sí la promoción de imagen con recursos públicos es ya una violación constitucional, que a esto se agreguen campañas para tratar de descalificar a abiertos contrincantes políticos termina por mostrar que, en materia de comunicación, ambas administraciones están cortadas con la misma tijera… aunque sean de distinto color.