Carlos Rubio
El pasado jueves 30 de enero, Grupo México llevó a cabo la presentación del proyecto de urbanización del predio donde anteriormente se encontraban las plantas de arsénico y cobre, ante esto, en entrevista con Astrolabio Diario Digital, el ingeniero geólogo y especialista en ecología y desarrollo urbano Ramón Ortiz Aguirre habló sobre la necesidad de que la empresa dé a conocer a la población todos los estudios referentes a la remediación de la zona.
“Ante lo que están proponiendo se debe hacer una publicación donde aparezcan los datos de los estudios que realizaron, tanto de carácter físico y químico en suelos para poder establecer cuáles son los patrones de comparación y ver si existe en realidad un retiro de contaminantes y ponerlos a consulta pública, porque el que nada debe nada teme”, comentó Ortiz Aguirre.
Es fundamental que la población conozca las condiciones en las que se encontraba el terreno antes de la remediación y en las que se encuentra ahora mismo, “inclusive para ellos desde el punto de vista comercial sería muy favorable que presenten lo que han hecho, si es que lo hicieron (…) sería un plus económico y social”.
“Yo le pediría a la minera que haga un estudio de suelos en las zonas vecinas y que haga un estudio hidrogeoquímico, porque todas las infiltraciones que ha habido históricamente y las que vayan a seguir teniendo van a repercutir en el manto acuífero”, refirió el ingeniero geólogo, agregando que los resultados se deben mantener de acuerdo a los parámetros establecidos por las Normas Oficiales Mexicanas y la Organización Mundial de la Salud.
El especialista también cuestionó el paradero de los residuos que fueron retirados. “¿A dónde se llevaron todo el material que retiraron? Porque tuvieron que haber quitado una capa grande de suelo que era lo que estaba impregnado de arsénico, cobre, zinc, etc. (…) ¿Qué proceso hicieron para sanearlo? (…) ¿Cómo neutralizaron o encapsularon los contaminantes?”.
Para Ramón Ortiz, se debería mantener especial atención en la planta de zinc, ya que él la considera más peligrosa ya que “por la dirección de los vientos dominantes, ¿a dónde van a ir las emisiones a la atmosfera que saca la planta de zinc? Estas plantas deben de estar aisladas”.
Asimismo, refirió que se requiere de un estudio de impacto ambiental revisado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, e hizo hincapié en que dichos estudios puedan ser consultados por cualquier persona para erradicar las dudas que hoy se encuentran sobre el proyecto.
Por último, recordó cómo hace 120 años se instaló la primera empresa metalúrgica en San Luis, buscando mantenerse alejada de la ciudad para causar el menor impacto, pero la ciudad creció e invadió las zonas de amortiguamiento que se habían determinado para no afectar la salud, “irregularmente se construyeron estos fraccionamientos (Villa Magna, Horizontes y Alto Lago) y expusieron a toda la gente que vive ahí a la contaminación que surgía de la planta de cobre y actualmente de la planta de zinc”.
