Leticia Vaca
El que no se haya frenado el flujo de migrantes centroamericanos que en su trayecto atraviesan parte de la entidad potosina para llegar a Estados Unidos pese a la emergencia sanitaria por el COVID-19, los convierten en una población más vulnerable por su situación de tránsito, lamentó el sacerdote Rolando Maldonado Salas, director de la Casa del Migrante.
A pesar de que estimó que el flujo de migrantes es el mismo que antes que se decretara la contingencia sanitaria, en la Casa del Migrante, informó, sólo se permite el acceso de 15 a 20 migrantes como máximo por día: “no estamos recibiendo a toda la población, cambiamos un poquito la dinámica, ahora que se complicó más por la cuestión de los contagios no estamos ingresando a toda la población, solamente a familias quienes traen niños, personas con otra situación grave o golpeados, que es muy común”, explicó.
Para el resto de los migrantes a quienes por prevención no se les permite el acceso al albergue se les brindan alimentos, y “ellos comprenden porque es una realidad que estamos viviendo a nivel nacional y mundial, comprenden y agradecen que les podamos ofrecer la comida”.
En cuanto a las medidas sanitarias, detalló, se ha recibido apoyo de parte de la Secretaría de Salud para implementar protocolos que ayuden a evitar contagios.
Asimismo, Maldonado Salas, expuso las principales necesidades que se requieren para apoyar a los migrantes: “siempre se necesita la mochila, pantalones, tenis, zapatos, ropa. Seguimos apoyando con el resto de las cosas, no permitimos para todos el ingreso pero también si requieren de algún tipo de medicamento se los damos”.
Ante ese panorama, mencionó que se continúan con la solicitud de donativos: “lo que hemos pedido es lo que seguimos solicitando para los migrantes que se convierten todavía en un sector más vulnerable porque están en tránsito sin mayor resguardo”, abundó.
La solicitud de donativos, agregó, también es para los comedores que como parte de la Iglesia y la asociación Cáritas se han implementad0: “estamos atendiendo de ordinario los comedores, la Esperanza, en San Juan de Dios, San José y San Francisco en el centro de la ciudad y uno más que se habilitó la semana pasada en El Saucito, en los que se distribuyen alrededor de mil comidas diarias para personas que se han ido quedando sin alimento y también estamos solicitando el apoyo para poder fortalecer esos espacios y apoyar a quien lo está necesitando de manera urgente. Alimentos básicos, arroz, aceite, frijol, verduras, azúcar, para los espacios que al día de hoy se han implementado”.