Eduardo Delgado
Además de la agresión a hijo, hombres con armas de grueso calibre asaltaron…
Gobernador y funcionarios traen escoltas; ella e hijos botones de pánico, condenó
Antes de la agresión al hermano de Karla del Carmen Pontigo Lucciotto, hombres con armas largas perpetraron un asalto a unos metros de la casa de su familia. Ambos incidentes acontecieron en menos de dos semanas, lo que para María Esperanza Lucciotto López, madre de la joven víctima de femincidio en el otoño de 2012, son “avisos”.
En entrevista con Astrolabio Diario Digital, Esperanza Lucciotto condenó que mientras el gobernador, Juan Manuel Carreras López y funcionarios estatales disponen de escoltas para su seguridad y la de cada uno de los miembros de su familia, ella y sus hijos traen un botón de pánico, activado por Pedro Pontigo al ser atacado, sin embargo “no hubo respuesta” de la policía.
El ataque y el atraco, sospechó, estarían relacionados a su lucha familiar, librada durante más de siete años y siete meses, en exigencia del esclarecimiento del homicidio de su hija. “Son dos avisos en menos de 15 días”, resaltó.
El asalto, señaló, ocurrió al correr de los primeros días de mayo a pocos metros de su vivienda y fue inusual: “Con armas de alto poder unos hombres sólo le quitaron una bolsa a una chiquilla”, dijo.
La agresión contra el menor de sus hijos fue el pasado 13 de mayo, exacto el día que se cumplieron seis meses, de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó reponer la investigación de la muerte de Karla con perspectiva de género, por la existencia de indicios de feminicidio.
La mamá de Karla dijo tener dos agentes federales asignados a su custodia, pero “no se pueden partir en tres” para cuidar de ella y sus hijos. “No somos muéganos; no vamos a los mismos lugares”, abundó.
El Jefe del Ejecutivo, el Secretario General, Alejandro Leal Tovías y el Secretario de Seguridad Pública del Estado, Jaime Ernesto Pineda Arteaga, sostuvo, son responsables de lo acontecido a su hijo y de cualquier cosa que llegue a sucederles en el futuro a ella y su familia.
El pasado viernes la Fundación para la Justicia y el Estado de Derecho Democrático, emitió un comunicado para alertar que las vidas de los familiares de Karla están en riesgo, por la inaplicación de todas las medidas para protegerlos.
El día del ataque, explicó, Pedro fue a hacer una tarea en grupo al domicilio de una compañera de su escuela, localizado en un fraccionamiento por la zona de avenida San Pedro, y que luego de un rato, unas amigas salieron a comprar cosas.
Al escuchar fuertes toquidos en la puerta y gritos de una mujer en la calle, pensaron que eran de una de sus compañeras y enseguida salieron Pedro y otro compañero. Los dos agresores “simularon” la agresión y al ver a los jóvenes se abalanzaron contra el hermano de Karla, dijo Esperanza Lucciotto.
“Le abrieron debajo de un ojo. Lo querían tumbar pero corrió y se resguardo en negocio de venta de jugos y tortas. El amigo corrió. La agresión fue directa contra mí hijo”, remarcó.
Como a las 14:30 horas su hijo le llamó. “Sentí lo mismo…me regreso el tiempo” refirió en alusión a la angustia e impotencia que la invadieron la madrugada del 28 de octubre de 2012, cuando Fernando, el hijo mayor, le informó de las condiciones en que encontró a su hermana en la disco donde esta trabajaba como edecán.
Luego del ataque, dijo, acompañó a Pedro a presentar la denuncia en la Fiscalía General del Estado, a donde llegaron policías mucho después de activado el botón de pánico.
Sostuvo que desde “el Gobernador para abajo saben de las circunstancias en que estamos y deben poner más atención a esto, porque lo sucedido no es cualquier cosa”, juzgó.
Porque las instancias estatales son responsables de aplicar las medidas de cuidado ordenadas por el Mecanismo para la Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, dependiente de la Secretaría de Gobernación y no lo han hecho “por falta de ética”, opinó.