Por: Eduardo Delgado.
La presidenta del Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (CEEPAC), Laura Elena Fonseca Leal, sólo percibe inmadurez en todos los actores políticos y ciudadanos, de todos los círculos sociales, edades y grupos, incluso “de las que rezan”, que propagan información falsa y rumores para generar un ambiente electoral “que no es el propicio”.
“De quién no han dicho que la chamaquita fulana es una no sé qué y que el muchachito…o sea de manera irresponsable… y los vemos en los programas de televisión, como la Rosa de Guadalupe y Mujer Casos de la Vida Real”, comentó.
Advirtió que entre los autores de mentiras hay actores políticos “de todos los colores”, así como ciudadanos “de todas las edades y todos los círculos, desde las que rezan, de las de cocina, de todos…o sea… porque las señoras, entre los círculos sociales, mandamos cosas que no son”, comentó.
Lo anterior luego de que se le preguntó de por qué ese organismo, a través de su página en internet, lanzó este miércoles un exhorto a la civilidad a candidatos y partidos, a lo que contestó:
“Para que todos los actores políticos, incluso las nuevas generaciones, que se van incorporando a través de redes sociales, entiendan la responsabilidad que hay cuando se da información que no es fidedigna”.
Porque, lamentó la consejera presidenta, eso “se vuelve un deporte” y “no se vale que estemos probando, a ver de qué forma podemos generar un ambiente que no es el propicio”, añadió.
Sostuvo que el llamado, realizado un día después del supuesto atentado cometido en contra del candidato del PAN a la alcaldía de Soledad de Graciano Sánchez, Juan Carlos Velazquez, “no es porque sepamos (algo), porque no somos autoridad para juzgar si el hecho se dio o no se dio”, dijo.
De si hay interesados en enrarecer el clima político electoral, dijo: “Más que interesados, yo creo que hay irresponsabilidad y esta viene a veces de la inmadurez”, atribuyó.
Fonseca Leal se rehusó a identificar a los autores de información y versiones imaginarias, pero se excusó en que las redes sociales, principalmente Facebook y Twitter, “han facilitado” la resonancia de eventos inexistentes.