Frater Ignatius
Algunas de las personas que éramos niños en los años setenta, tuvimos la oportunidad y el gozo de jugar Mastermind. El juego se compone de canicas, una especie de pequeñas paredes de plástico que cubren las canicas y unas clavijas diminutas. Es un entretenimiento que consiste en descifrar códigos para dos jugadores. Fue inventado por Mordecai Meirowitz, un trabajador de correos en Israel, además de ser experto en telecomunicaciones enfocadas en códigos como el Morse. Tiene un pasatiempo anterior jugado con un simple lápiz y papel llamado Toros y Vacas.
Aunque el matemático Donald Knuth demostró que el descifrador de códigos puede resolver el patrón en cinco movimientos o menos, este artilugio lúdico permite pasar horas y horas en plena diversión intentando deducir los colores y las posiciones de las canicas.
Un jugador crea el código seleccionando una secuencia de cuatro colores, disponiendo canicas de seis colores diferentes. El contrario debe adivinar la secuencia secreta en tan solo unos pocos intentos. Cada intento es una secuencia de cuatro fichas de colores. El creador del código revela cuantas canicas presentan el color y la posición correctos y cuántas más presentan el color correcto aunque la posición sea incorrecta. Se disponen de 1206 combinaciones posibles, asumiendo que se cuenta con seis colores y cuatro posiciones. Esto se menciona porque los investigadores han variado la cantidad tanto de canicas como de posiciones para hacer investigación matemática. Todo esto se desencadenó inmediatamente después de que el juego se hizo popular.
El de Knuth fue el primer algoritmo que se descubrió para resolver Mastermind, al que le siguieron muchos otros trabajos. En 1993, Kenji Koyama y Tony W. Lai publicaron una estrategia con un máximo de seis intentos necesarios para el peor de los casos pero con un promedio de unos cuatro intentos. En 1996, Xizhiang Chen y algunos colegas generalizaron lo anterior al caso de n colores y m posiciones.También se usan algoritmos genéticos los cuales son técnicas inspiradas en la biología evolutiva.
Internet y la Inteligencia Artificial han permitido que haya una cantidad de juegos similares a Mastermind en los cuales uno puede jugar contra la máquina. Podemos afirmar que la diversión plena no requiere de mucho dinero, sino tan solo de ganas para participar.
