Mujeres afganas mantienen una reunión “histórica” con los talibán

Una delegación de mujeres afganas ha mantenido, por primera vez, conversaciones con los talibán. El encuentro se ha celebrado en Oslo este fin de semana y ha sido calificado de “significativo” e “histórico”. Las negociaciones se han centrado en la necesidad de proteger los derechos de las mujeres en el marco de un futuro acuerdo entre el Gobierno afgano y los talibán.

“Un diálogo sobre derechos de las mujeres sólo podría haber sido posible después de un ajuste en las posiciones de los talibán, que probablemente se han dado cuenta de que los cambios en la participación de las mujeres desde 2001 sólo podrían revertirse con costes humanos y políticos muy altos”, afirma a ELMUNDO.esKristian Harpviken, director del Peace Research Institute de Oslo (PRIO) y uno de los grandes expertos mundiales en Afganistán.

Han sido una docena de mujeres las que han tomado parte en la mesa, aunque la mayoría no ha querido que trascendiese su identidad. “Había al menos cinco parlamentarias afganas, además de negociadoras sobre asuntos de paz”, especifica a este diario Emma Hooper, investigadora asociada de CIDOB y directora del proyecto’Fuentes de tensión en Afganistán y Pakistán: una perspectiva regional’, dentro del think-tank barcelonés.

“Entre las delegadas estaban Fawzia Koofi y Shukria Barakzai, que asistieron como ‘representantes independientes’ del Parlamento, pero también miembros del Alto Consejo para la Paz de Afganistán, un órgano gubernamental encargado de negociar el fin de la guerra con los talibán, y que participó de manera no oficial”, añade Hooper.

Barakzai fue objetivo de un atentado suicida el año pasado, del que escapó con heridas leves. En declaraciones a la BBC antes de volver a Kabul, Barakzai afirmó que las “mujeres afganas defendieron sus derechos con valentía” y que sus demandas se centraron en “salvaguardar los valores democráticos logrados en la última década”.

Hacia una solución pacífica

La reunión ha sido también una señal más del diálogo que mantiene Kabul y los talibán para explorar una solución pacífica al conflicto que vive el país. Hace un mes, ya se celebró otro encuentro en Qatar, aunque la información sobre los progresos de las deliberaciones está siendo publicada con cuentagotas. Ambas reuniones dan mérito, para el director de PRIO, al presidente, Ashraf Ghani, capaz de “enrolar a los talibán y a su principal respaldo, Pakistán, en aras de iniciar un proceso político”.

Lo poco que ha trascendido sobre el encuentro de este fin de semana es que ambas partes compartieron la opinión de que es necesario llegar a un arreglo pacífico del conflicto y que hay que continuar con las negociaciones. En este marco, que las mujeres estén representadas en las negociaciones de paz es clave. “Las mujeres tienen un importante papel para asegurarse de que sus derechos son garantizados en un acuerdo político. Y esto es muy importante no sólo porque los talibán tienen un triste récord en cuestiones de Derechos Humanos, sino también porque muchas personas en la estructura del Gobierno, pese a los progresos hechos, son resistentes al cambio en los roles de género que demandan las mujeres”, sintetiza Harpviken.

Pese a que Ghani y su Gobierno de unidad han manifestado su compromiso inequívoco con los derechos femeninos, existen grandes temores a que los logros obtenidos por las mujeres afganas esta última década queden en papel mojado si el Ejecutivo de Kabul y los talibán firman la paz y los militantes radicales ganan influencia. “Mientras que se han realizado considerables avances en los últimos 10 años, hay un gran riesgo de regresión y de erosión de los derechos humanos y de las mujeres en el futuro. En particular, los derechos a la igualdad y la protección de la violencia son vistos ampliamente como vulnerables a las demandas talibán”, estima Hooper.

Las prohibiciones de los talibán

“Cuando los talibán estuvieron en el poder en Afganistán, entre 1996 y 2001, prohibieron la educación de mujeres y niñas, les prohibieron trabajar y no salir de casa sin llevar un burka e ir acompañadas de un familiar hombre”, recuerda la investigadora.

“Hay un gran temor de que las mujeres afganas, particularmente aquellas que han tenido un papel activo en la vida pública durante la pasada década y media, sean las víctimas de un acuerdo político. Esto no sorprende, dado el hecho de cómo los talibán, cuando estuvieron en el poder, negaron a las mujeres tener un papel en la vida pública”, añade Harpviken.

Aunque los recientes comunicados de los talibán han sido percibidos como una suavización de su oposición al aprendizaje y trabajo de las mujeres, los expertos recuerdan que no hay que bajar la guardia y que esto sólo puede tratarse de retórica. “Esta reunión refleja la preocupación sobre qué concesiones -si se hacen- se sacrificarán a los talibán por parte del Gobierno afgano con el fin de lograr la paz”, insiste Hooper.

El Mundo

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