Abelardo Medellín
El sacerdote Pedro Hernández Santos, quien fuera detenido por autoridades de la comunidad de Texquitote Primero del municipio de Matlapa en julio pasado, fue retirado temporalmente del ejercicio del ministerio.
Así lo informó a través de un comunicado el obispo de Ciudad Valles, Roberto Yenni García.
De acuerdo con la información girada a medios por el obispo Yenni García, el padre Hernández Santos fue retirado de sus actividades para dedicarse a la “reflexión y discernimiento”.
Todo luego de que el pasado 13 de julio, el padre, quien estuviese activo en la comunidad de Texquitote, fuera retenido por autoridades comunales por violar las normas de usos y costumbres de esa comunidad.
De acuerdo con la información que compartieron medios locales y por el Consejo de Vigilancia de la localidad, el sacerdote fue sorprendido en la maleza de una propiedad privada acompañado de una mujer; hecho que ocurriría cerca de las 11:00 de la noche.
La asamblea comunal de la localidad tiene establecido un toque de queda y un cierre a partir de las 22:00 horas para evitar que gente desconocida entre al pueblo, motivo por el que se llevaron al padre Hernández Santos por faltas administrativas y a la moral.
Luego de la detención, pasaron dos días antes de que la diócesis de Ciudad Valles anunciara haberse comunicado con el cura, quien había informado estar bien. Durante este tiempo, feligreses y familiares del padre lo habían declarado como desaparecido sin saber que estaba retenido por las autoridades de la comunidad.
En el comunicado girado a medios por el obispo de Ciudad Valles, la diócesis ofreció una disculpa a los feligreses y no informó nada más al respecto del problema que hubo entre el presbítero y la comunidad de Texquitote Primero.
Mientras que esta mañana, el padre Juan Jesús Priego Rivera, vocero del Arzobispado de San Luis potosí, comentó en su rueda de prensa semanal que este podría ser un hecho aislado y negó que hubiera una crisis relacionada con integrantes de la Iglesia que incurran en estos escándalos.
Asimismo, Priego Rivera afirmó sobre el ejercicio célibe de los padres que: “es una medida disciplinar (…) no hay argumentos teológicos. Es disciplinar, en el sentido que la Iglesia pone como condición para conferir el sacramento del orden la guarda del celibato (…) para estar al servicio de los demás”.
El vocero del arzobispado aceptó que ha habido sacerdotes que han faltado a esta promesa disciplinar y dijo que para eso existe el derecho canónico para tomar medidas, sin embargo, agregó que no se puede generalizar y decir que los padres estén en crisis.