Ciudad de México (17 de junio de 2015).- El virus del chikungunya se extendió ya a 10 estados del país; hasta el 6 de junio se tenían contabilizados mil 436 casos; Guerrero es la entidad que se ubicó en el primer lugar con 839 contagios, seguida de Oaxaca y Chiapas.
La enfermedad es transmitida por el mosquito Aedes aegypti y de acuerdo con reportes epidemiológicos de la Secretaría de Salud (SSa), existe un mayor número de registros de la afección en las mujeres que en los hombres. Los síntomas principales de este virus son dolor en las piernas y sarpullidos en la piel.
Campeche presenta 3 casos, Coahuila uno, Colima 34; Chiapas 263, Guerrero 839, Jalisco dos, Michoacán seis, Morelos 10; Oaxaca 268 y Veracruz 10.
Este virus se extiende en el país, y conforme avanzan las lluvias, también tienden a aumentar los enfermos.
El pasado 7 de febrero, se contabilizaron 86 afectados localizados únicamente en Chiapas, Oaxaca y Guerrero. Para el 20 de marzo, los pacientes crecieron a 303.
Naciones de América tambiñen han reportado a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los casos sospechosos y confirmados del virus que registraron en sus territorios.
Hasta el 12 de junio, Nicaragua, Guyana Francesa y Ecuador, son los que confirman tener más enfermos por el vector. La OPS señala que hay más de 366 mil casos sospechosos, 10 mil 791 confirmados y 54 muertos por el chikungunya en América.
Para expertos de la OPS, este mal causa fiebre alta, dolor de cabeza, en articulaciones o músculos, unos tres o siete días después de ser picado por un mosquito infectado.
Aunque la mayoría de las personas tienden a sentirse mejor en los siguientes días o semanas, algunos desarrollan dolores e inflamación en las articulaciones de manera crónica. La OPS indicó que la enfermedad rara vez causa la muerte, sin embargo, el dolor en las articulaciones puede extenderse por meses e incluso años, para algunos.
Las complicaciones son más frecuentes en niños menores de un año y adultos mayores de 65 años y/o con enfermedades crónicas.
No existe un tratamiento específico, ni una vacuna disponible para evitar la infección.
Este virus fue detectado por primera vez en Tanzania, en el año de 1952, e ingresó a México a finales del 2014, primero en casos importados y luego como autóctonos.
Fuente: El Universal.