Pienso, luego existo
1596-1650
Frater Ignatius
Es el padre de la filosofía moderna y de la geometría analítica. El descubridor de la ley de refracción. Literalmente configura la agenda de la filosofía de la mente y de la epistemología durante los siguientes 300 años.
En cierta forma, es el padre del escepticismo, ya que formula una duda, pero abre una puerta en cuanto a la autoconciencia y la propia existencia. Su famoso Cogito ergo sum, sostiene que la esencia precede a la existencia. Hay una apertura hacia la escisión mente y cuerpo.
Sus Meditaciones tiene la pretensión de construir todo el conocimiento humano desde los cimientos. Se da cuenta de que muchas creencias son contradictorias. Las que más se acercan a la verdad son las proposiciones matemáticas. Descartes decide elaborar una especie de criba en donde se vaya limpiando de ciertas “manchas” toda creencia incierta. El método de la duda consiste en cuestionar el origen de las creencias y preguntarse si es infalible. Si no es así, entonces no es confiable ninguna de sus derivaciones.
El filósofo se percata de que gran parte de sus creencias se derivan de los sentidos o de cualquier tipo de percepción corporal. Los sentidos pueden engañarnos. Por ejemplo, en el caso de tener la sensación de que la tierra es plana o de que el sol es más pequeño o la luna gigante. Así, se rechaza cualquier información que provenga de los sentidos por ser inciertos y falibles.
El maestro rechaza toda información sensorial y lo más interesante es que crea una duda que todo lo cuestiona. La reflexión se dirige a la interioridad, al raciocinio y a una lógica relacionada con el razonamiento abstracto.
El arte de pensar comienza a tener un método preciso. Por eso se considera a Descartes uno de los padres de la ciencia moderna y de los grandes racionalistas como Spinoza, Malebranche, Arnauld y Leibniz.
Descartes acuña los conceptos de res cogita y res extensa para referirse a los objetos y al sujeto específicamente.
En 1648, vuelve por última vez a París. En 1649 aceptó la invitación de la joven reina de Suecia, Cristina, a trasladarse a su corte. El clima hostil del país nórdico, aunado a la exigencia de la monarca de platicar sobre distintos temas a las cinco de la mañana, acabaron con la vida del genio, muerto el 11 de febrero de 1650, a los 53 años de edad.
Es Licenciado en Administración y Maestro con especialidad en Educación por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Amante de la cultura, la filosofía, la literatura, el cine y las matemáticas. Gusta de leer y escribir sobre historia, psicología y filosofía.