Gloria Serrato
¿En qué momento las personas adultas mayores son relegadas, abandonadas y violentadas?
Este domingo se celebró el día del abuelo y la abuela, fecha que tiene varios antecedentes para rendir homenaje a las personas adultas mayores que han trabajado y llevado toda una vida de esfuerzos para sacar adelante a sus familias.
Es una fecha que nos ayuda a reflexionar sobre la situación que viven miles de personas adultas mayores en nuestro país, en donde principalmente tienen problemas de depresión originadas por el abandono, el maltrato, el despojo y la violencia de que son víctimas.
Las personas vamos viviendo un proceso de normal de envejecimiento en el que muchas de nuestras capacidades se transforman, las mujeres de más de 60 años de edad padecen no solo este proceso, sino que además la mayoría no son autosuficientes y eso ocasiona que sufran actos de violencia por sus familiares; la mujeres han dedicado una vida entera al cuidado y atención de sus hijas, sus hijos, pero también nietas, nietos y hasta de bisnietas y bisnietos, han dedicado su vida a trabajar para otras personas y no siempre son bien retribuidas por parte de familiares consanguíneos.
Tenemos en nuestro país un panorama en donde la violencia aumenta por la disminución de las capacidades físicas de las personas adultas mayor, de acuerdo con datos del INEGI en el estudio “Panorama nacional sobre la situación de la violencia contra las mujeres” 17 de cada 100 mujeres de más de 60 años de edad tienen alguna enfermedad, limitación física o discapacidad que les impide desplazarse solas, y que las coloca en una posición de desventaja.
Casi medio millón de mujeres de ese rango de edad y más, sus familiares las han abandonado o las dejan solas, de 100 mujeres a 3, les dicen que son un estorbo y a más les dejan de hablar. Viven todas las formas de violencia, desde verbal, psicológica, abandono, y le restan valor a sus vidas.
En nuestra cosmovisión si tenemos como país el respeto a las personas adultas mayores; en las comunidades, sobre todo las rurales, indígenas y semiurbanas aún el respeto forma parte de clave para que las personas adultas mayores, son tomadas en cuenta, aconsejen a las más jóvenes sobre las diversas problemáticas que pueden enfrentar las familias en sus territorios.
Sin embargo, en los últimos años y lo vimos con el pretexto de la Pandemia del Covid-19, que fue utilizado para dejarles de visitar, de hablar o de ayudarles. Los hechos que vivimos durante la pandemia y post pandemia no fueron nada sencillos para ningún grupo de población, pero particularmente las niñas, niños y adolescentes se llevaron una de las peores partes por quedarse en casa para evitar los contagios del virus del SARS Cov.2; Pero las personas adultas mayores vivieron encierro, violencia económica, patrimonial, vejaciones, maltrato, que llevó a muchas de ellas a presentar cuadros graves de depresión, que provocó accidentes continuos, caídas, golpes, y violencia física y emocional por parte de sus familiares cuidadores.
Quienes más se ven afectados son aquellas personas adultas que durante su etapa de juventud educaron con firmeza a sus familiares, de tal modo que estos les tratan con mucho desprecio, humillándoles, en casos despojándoles de sus bienes muebles e inmuebles.
Es importante fomentar la cultura del cuidado hacia las personas mayores, que se cumplan las disposiciones legales para que en caso de qué sus familiares les abandonen, les maltraten, o les violenten puedan acudir ante las autoridades a presentar las denuncias correspondientes, y que generalmente no lo hacen por la pérdida de la autonomía y las amenazas al que están sometidos.
Éste tipo de fechas nos invitan a la reflexión sobre la importancia de los saberes de las personas mayores, han vivido cambios tecnológicos, de política, de economía de cultura, su experiencia es enriquecedora para las nuevas generaciones.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no representan la postura de Astrolabio.
Es periodista y abogada, doctora y maestra; especialista en atención a víctimas, derechos humanos, transparencia y salud. Actualmente es directora general del Instituto de las Mujeres de San Luis Potosí. Anteriormente se desempeñó como directora de Derechos Humanos en la Fiscalía General del Estado y fue comisionada de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas, además de presidenta de la Mesa Interinstitucional de Feminicidios. Cuenta con diversas publicaciones entre las que destaca su tesis doctoral Construcción de Personajes: El Subcomandante Marcos y la prensa en México 1994 a 1995.