Antonio González Vázquez
Cerca del corte de caja del primer año de gobierno, la promesa de vivir sin miedo es una prueba no superada.
La población vive con miedo, así lo confirmó la Encuesta Nacional de Victimización y sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. La percepción de inseguridad es de 74.9 por ciento.
Es el último reporte oficial que necesariamente derrumba la aspiración de que con el nuevo gobierno sería posible vivir sin miedo.
El hecho de que poco más de siete de cada diez personas digan que se sienten inseguras en el lugar donde viven, resulta elocuente y avasalla la narrativa gubernamental en el sentido de que el cambio ya se nota.
No se percibe mejoría, de ahí que 63 por ciento de la población considera que el de la inseguridad, es el problema número uno en San Luis Potosí.
Si bien se ha observado una disminución en la incidencia delictiva, ese elemento no ha repercutido en el ánimo de una sociedad que desconfía en sus autoridades y corporaciones policíacas.
La estadística actual del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública que comprende de enero a julio de 2022, reporta 416 ejecutados. Para ese mismo lapso de 2021, eran 484.
El año pasado cerró con 704 víctimas de homicidio doloso.
De enero a julio del año en curso, el promedio de víctimas fue de 59.4; de sostenerse así, cuando termine el año la entidad podría acumular 711 ejecutados, con lo que superaría el saldo rojo del año pasado.
¿Entonces dónde está el cambio?
En el caso de las denuncias presentadas por delitos del fuero común, en los primeros siete meses del año pasado sumaron 29 mil 300; en el mismo lapso de 2022, fueron 27 mil 150.
La media mensual en este año es de 3 mil 878 denuncias. De seguir así en lo que resta del año, se podrían alcanzar 46 mil 470. 2021 cerró con 51 mil 070.
No hay duda de que hay menos ejecutados y menos delitos denunciados, pero la gente mantiene el miedo.
La incidencia delictiva ha bajado marginalmente pero no necesariamente es atribuible a un logro de las autoridades locales, ya que eso mismo se ha observado a nivel nacional. A excepción de seis estados que concentran el 50 por ciento de víctimas, en el resto del país los indicadores han disminuido.
San Luis Potosí ocupa la posición 17 entre las 32 entidades federativas en incidencia de homicidios dolosos, sin embargo, la percepción de inseguridad es muy elevada.
Durante los primeros días de septiembre, cuando en la Cámara de Diputados se presentó la discusión sobre la iniciativa presidencial para que la Guardia Nacional pasara a ser parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, el diputado Juan Ramiro Robledo Ruiz intentó explicar ese fenómeno contrastante.
En la tribuna legislativa, el diputado potosino por MORENA apuntó: “los datos de la criminalidad, que es la secuencia del hecho tangible de los delitos, no es lo mismo que la seguridad o que la inseguridad, ésta última es una percepción colectiva que se crea en el imaginario de una sociedad con la información que recibe”.
Y al dirigirse al pleno, les dijo: “imagínense ustedes que en quince días no salieran páginas de la violencia en la televisión, pueden levantar una encuesta en la que pregunten a los mexicanos qué opinan de la inseguridad y la respuesta será distinta”.
Para Robledo Ruiz, la percepción de inseguridad se desprende del manejo informativo que hacen los medios de comunicación de los hechos de violencia.
En el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, la mayor parte de medios nacionales y locales, firmaron un acuerdo con la presidencia para limitar la información relacionada con los desmanes de los criminales; fue un acto de autocensura.
Ese acuerdo formó parte de la estrategia presidencial de entonces para contener la percepción social de inseguridad.
Actualmente la difusión de la actividad criminal puebla las primeras planas de los diarios y es central en los noticieros de radio y televisión. Y así debe de ser, es obligación de la prensa informar sobre el acontecer por más brutal que sea, pero con apego a la realidad y no con un alarde amarillista movido por intereses extra periodísticos.
Con independencia de ello, en el caso de San Luis Potosí, fue el gobernador José Ricardo Gallardo Cardona que, como candidato hizo la propuesta de vivir sin miedo; promesa fallida en tanto que, aunque disminuye la incidencia delictiva, la percepción de inseguridad no baja.
Como dijo Robledo Ruiz: “hay una acechanza grave” y es la presencia activa de organizaciones criminales.
A eso es a lo que le tiene miedo la gente que se sabe vulnerable y susceptible de ser víctima en el momento y lugar menos esperado. Eso es tener miedo.
Para recuperar la paz y tranquilidad no basta entonces con disminuir la incidencia delictiva sino hacer sentir a la población que, en efecto se puede vivir en paz.
A catorce días del primer informe de gobierno, da la impresión de que poco se ha logrado en el objetivo de recuperar la paz porque las y los potosinos sienten la amenaza de los delincuentes y mientras ese temor continúe latente, no se podrá decir que en San Luis Potosí se vive sin miedo.
El mensaje del mandatario respecto del problema que más agobia a la sociedad, concentrará la atención de todas y todos. Lo deseable, es que se hable con responsabilidad para decir las cosas como son por más duras que puedan ser. Eso sería plausible, no así, si se continúa con esa narrativa sobre un futuro que será mejor, lo que importa es el presente pues es en el aquí y ahora en el que el miedo se hace sentir.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias NOTIMEX, La Jornada y Milenio.
