El Catalejo es el resultado de las mentes desorientadas de los reporterillos de Astrolabio Diario Digital
La primera ceremonia del Grito de Independencia de Ricardo Gallardo Cardona como gobernador tenía que salir impecable, con él como el protagonista indiscutible que acaparara todos los reflectores, así haya sido uno solo con tal potencia para que sólo sobresaliera él en el balcón del Palacio de Gobierno y todo lo demás oscureciera. Nada podía echarle mosca. Por eso desde temprano con gran tino optaron por contener, detener y castigar con arresto el intento de manifestación por parte de trabajadores despedidos afiliados al SITTGE que, independientemente de la motivación, ejercían su derecho consagrado en la Constitución y en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Tenía que salir tan impecable su grito, que faltarle al respeto –y de paso atentar contra la reparación del daño en los casos de víctimas de feminicidios– al retirar cruces, símbolos y consignas del antimonumento Memorial por Mujeres Víctimas de Feminicidio lo consideraron plenamente justificado para que el señor gobernador reafirmara su protagonismo: El grito soy yo.