Abelardo Medellín Pérez
“Observaciones y cuestionamientos”, esas son las dos cosas que los diputados integrantes del Congreso del Estado pueden formular cuando llaman a un integrante del gabinete estatal a comparecer, de acuerdo con lo que se explica en el artículo 27, fracción décima de la Ley Orgánica del Poder Legislativo de San Luis Potosí; curioso, porque ninguna de esas acciones supone en su definición laurear secretarios o permitir la opacidad de titulares de dependencias estatales, incluso podría suponerse lo contrario.
Este martes 18 de octubre, se realizaron las primeras comparecencias del gabinete estatal, para las que se convocó al secretario general de Gobierno, J. Guadalupe Torres Sánchez; el titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), Juan Carlos Valladares Eichelmann; el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno del Estado, Guzmar Ángel González Castillo, y la titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obras Públicas (Seduvop), Leticia Isabel Vargas Tinajero.
La más reveladora de las comparecencias fue la del propio secretario general. Torres Sánchez, dispuso de diez minutos del tiempo de los diputados, para repetir la información, pesimista con el pasado y amable con el presente, que la administración usa para llenar los boletines replicados incesantemente en medios oficiales y páginas de Facebook.
Además de los datos boletineros que usualmente utilizan para evadir preguntas complejas, el secretario aprovechó los micrófonos y la atención para curarse de todos los pendientes que ni la popularidad emanada del gobernador ha podido curar.
“Se respetan las expresiones sociales”, dijo quien se resguardó en palacio mientras la Guardia Civil Estatal arrestaba y arrastraba manifestantes. Dijo el secretario de una administración que infiltró acarreados para desintegrar las protestas en Himno Nacional cuando pretendían retirar árboles y quitar ciclovías.
“No hay intromisión de institutos políticos”, afirmó el representante de un gobierno donde es más importante publicar el desplegado de un bloque político nacional, antes que respetar la ley electoral.
“No se persiguen actores políticos”, comentó la mano derecha de un gobernador que no puede arrancar una obra sin calumniar a quienes lo precedieron o justificar sus decisiones amparado en los males del pasado.
“No hay chivos expiatorios”, aseveró el mismo secretario que minutos antes de eso habló de lo económicamente rentable que resultó encarcelar a la ex secretaria de Salud, Mónica Liliana Rangel Martínez. ¿Por qué no explicó lo políticamente rentable que salió eso?
Afortunadamente para el secretario, más de un año de amaestramiento, enseñó a los diputados el ya conocido truco de hacerse tapetes o facilitadores.
Desde pedirle que explicara la trascendencia de una reforma como la electoral, hasta llegar al descaro de (casi) preguntarle en qué sentido debían votar la ley sobre la permanencia de las fuerzas armadas en la calle, fueron algunas de las desafortunadas intervenciones que sirvieron para lustrar la bota del Ejecutivo que simplemente no se pueden sacar del cuello.
¿Con esos legisladores para qué queremos enemigos?, con razón los diputados locales son el segundo grupo social en el que menos confía la sociedad mexicana de acuerdo con la ENCUCI 2020, solo superados por los partidos políticos.
Generalizar sería poco justo; hubo intervenciones reveladoras y pertinaces, como la de la diputada Gabriela Martínez Larraga, quien cuestionó fuertemente al secretario con temas de seguridad, contratación de servicios de transporte, la falta de una Fiscalía especializada en feminicidios y el trabajo de entidades como la CEEAV.
El resto de las comparecencias, de SSPC, Sedeco y Seduvop, se traducen en: lo gris, lo sorpresivo y lo miedoso.
El titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Guzmar Ángel González, tuvo una participación extensa, pero poco trascendente. Se presentó para leer diapositivas y luego procedió a responder preguntas apoyado en sus propios apuntes. Sin pena ni gloria.
Sorpresiva fue la intervención del titular de Sedeco, Valladares Eichelmann, quien, a pesar de un tambaleo con las primeras preguntas, logró demostrar que conoce bien de su elemento (lo empresarial) y puede sin problema hablar la clave política (la demagogia) sin mancharse de ella. Contestó, explicó, bromeó y hasta sollozó al evocar a su abuelo, Miguel Román Valladares García, durante una de las respuestas.
La sorpresa, sin embargo, no fue solo su forma libre y coherente de responder, sino que logró sostener esa coherencia fuera del recinto cuando se le preguntó sobre la propuesta de aumentar a 8 mil pesos mensuales el salario mínimo en San Luis Potosí.
El secretario, en una sana crítica a la propuesta del gobernador Gallardo Cardona, apuntó que esta iniciativa podría poner en riesgo futuras inversiones, complicaría las negociaciones para traer industria al estado y debería ser aplicada con mucha precaución. El comentario fue más que acertado, sobre todo si se acepta de quien viene, ¿será que el gobernador puede dejar de despedir gente del gabinete y comenzar a escuchar a quienes le señalan posibles consecuencias negativas?, ¿o es acaso que la ocurrencia pesa más que la experiencia?
Ni qué decir de la titular de la Seduvop, Leticia Vargas Tinajero, quien brilló por su huida. Antes de su comparecencia, la secretaria prefirió ocultar su tímida presencia en una sala de juntas, esperar por una buena hora para decir que “iba tarde” y eludir cualquier entrevista.
La secretaria evitó ser entrevistada antes de la comparecencia, muy al contrario de Guzmar Ángel Castillo quien se detuvo a contestar preguntas antes e incluso después de su participación; ¿no le parece sospechoso?, ¿la secretaria de desarrollo urbano tiene más razones para evitar cuestionamientos que el titular de la Secretaría de Seguridad?, ¿así de mal?, ¿el gobierno tiene más que esconder sobre obras públicas que sobre seguridad?
Leticia Vargas Tinajero pidió a la prensa que la entrevista se hiciera cuando terminara la comparecencia. Aun así y pese a que los compañeros reporteros esperaron hasta casi las nueve de la noche, la secretaria decidió resguardarse detrás de sus asesores, decir que tenía “una reunión con el gobernador”, afirmar que iba tarde y pedir que, si se quería hablar con ella, se hiciera una cita.
Con esta acción, oficialmente la Seduvop se convirtió en la primera Secretaría en la que la titular y su unidad de transparencia son igual de opacas y renuentes a responder cuestionamientos.
Un secretario general que recibió flores; un secretario de seguridad que no aportó mucho; un secretario de desarrollo económico que llama a la cautela, y una secretaria de desarrollo urbano de le huye a la prensa, fueron las comparecencias que revelan a un gobierno caracterizado por tener un congreso a modo, frivolidad por las formas, decisiones mal planeadas y una opacidad descarada.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es reportero de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.