Abelardo Medellín
Decir que algo no existe, cuando ese algo marcha en las calles, opera actividades del estado e incluso tienes una versión minimizada de ello en tu territorio, es una declaración muy aventurada; muy poco sincera o demasiado interesada.
“No existe ninguna militarización cuando existe una temporalidad en un dictamen”, dijo el gobernador de San Luis Potosí como un comentario para abrir su participación durante la reunión que sostuvieron los diputados de la LXIII Legislatura este 26 de octubre, con el titular de Secretaría de Gobernación, Adán Augusto López, en materia de reforma constitucional relacionada con la permanencia de la Guardia Nacional en las calles para actividades de seguridad pública.
La reunión celebrada este miércoles empezó como un ejercicio de sano diálogo entre legisladores y una autoridad federal y concluyó con la, hoy usual, pero siempre innecesaria, intervención del gobernador potosino, ya acostumbrado a dar beneplácito con sus últimas palabras.
No se aguantó el comentario, aunque tampoco parecía muy empeñado en elaborar un argumento. Gallardo Cardona se limitó a decir que “no existe la militarización”, igual a un joven preocupado que niega ser responsable de un desastre aún inadvertido. Amparado en un tecnicismo legal que poco importará cuando comiencen los atropellos.
¿Esa es la clave?, ¿será exceso de confianza lo que hace ignorar la superabundancia de militares en actividades gubernamentales y no solo de seguridad?, ¿podrá ser que el haber copiado la Guardia Nacional y haber creado una Guardia Civil Estatal, fue una acción de sincera credulidad a una iniciativa que tiene, no solo en México, sino en toda la región, una larga lista de malas experiencias?
Muchos podrían aludir que no, que el gobernador no es tonto, que el intervenir y dar la cara por la reforma constitucional es una estrategia meticulosamente medida para seguir en la gracia de la cúpula presidencial, presidenciable y hegemónica. ¿Y si no fuera así?, ¿y si la explicación más simple fuera la verdadera y el gobernador francamente busca alinearse con un proyecto militar que en el pasado se ha convertido en un aparato de represión?
Está la posibilidad de que el gobernador lo haga por conveniencia, que lo haga por ignorancia o peor: que lo haga por conveniencia, a sabiendas de los posibles efectos negativos.
Tras la nimia defensa de la reforma constitucional, Gallardo Cardona aprovechó la tribuna para hacer un par de confesiones sobre su gobierno.
Primero, el gobernador mencionó (sin pena y mucho menos gloria) que en San Luis Potosí solo dos municipios “cumplen” en materia de seguridad y capacitaciones a sus elementos. “Y aquí están, Soledad de Graciano Sánchez y San Luis Potosí”, dijo mientras señalaba a los alcaldes Leonor Noyola Cervantes y Enrique Galindo Ceballos que asistieron al evento.
“A mucho orgullo: dos. Y los otros 56, ¿qué hacemos?”, gobernador, usted díganos. Usted fue quien decidió crear una Fuerza “tipo SWAT” antes de intervenir las Policías Municipales y revisar sus debilidades internas, usted fue quien destinó un presupuesto de 350 millones de pesos para una Guardia Civil sin tener siquiera la iniciativa lista, usted fue quien pidió a la federación por meses apoyo de elementos de la Guardia Nacional y, cuando llegaron, fueron todos destinados a actividades de seguridad en los festejos de la Feria Nacional Potosina.
No es que los otros municipios tengan la firme convicción de no hacer nada (aunque algunos para allá van), es que el gobierno estatal concentró su interés en una cartera de proyectos sin sustancia que todavía no han trascendido más allá de ser una renovación de uniformes.
¿Cómo no van a ser San Luis Potosí y Soledad los que han cumplido más?, el primero, un policía que dijo solo saber de seguridad y es lo primero en lo que falla, y por otro lado la encargada del despacho de su municipio personal.
No es que los demás municipios no lo intenten, es que usted dice que el ataque contra la inseguridad es frontal, pero cuando un grupo de hombres armados ocupó las calles de Tamazunchale, lo primero que dijo fue que “iban de paso” y minimizó el tema.
Muy acertadamente mencionó en su comentario frente a los diputados que “el ejecutivo trabaja para 58 municipios, no para dos”, ¿entiende que ese ejecutivo del que habla es usted, verdad?
El gobernador terminó su intervención con un llamado a los diputados; votar con convicción por el futuro de San Luis Potosí, votar sin pensar en el botín político.
“Los emplazamos para que se sumen a este combate contra la delincuencia”, dijo el gobernador y luego presumió una cifra de 600 detenciones que nada tiene que ver con la intervención de fuerzas armadas.
Para el gobernador, la militarización es inexistente es una buena primera prueba para subir en el escalafón de los gobernadores de la cuarta transformación, sin importar los periodos obscuros de la historia mexicana (1968 y 1971, por mencionar momentos de represión policíaco-militar) y con el pleno reconocimiento de las carencias de un estado al que, aún sin reforma constitucional, no le han tocado tantos elementos de la GN.
Por cierto, ¿acaso los diputados de la actual legislatura discutirán de forma técnica esta reforma ignorando que recientemente un elemento de la Guardia Nacional provocó la muerte de un joven en Matehuala?, ¿omitirán en su discusión el hecho de que el responsable en ese caso, pertenece a la corporación, era un mando de la propia GN en la región y hasta ahora ha eludido su responsabilidad?
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es reportero de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.