Por Victoriano Martínez
O el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) se dejó sorprender por la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública (CEGAIP) o de plano le hizo el favor de darle un reconocimiento con otro fin, porque la Plataforma Estatal de Transparencia (PET), lejos de facilitar el acceso a la información pública, es un obstáculo.
Desde el pasado sábado, la CEGAIP presumió en sus redes sociales haber logrado una mención especial en el “Certamen de Innovación en Transparencia 2022”, convocado por el INAI, al presentar como proyecto innovador la PET, cuya operación inició hace más de seis años.
Cuando la Plataforma se ha vuelto vieja y se ha convertido en el mejor instrumento para que los sujetos obligados simulen cumplir con las obligaciones de transparencia que les marca la Ley, los actuales comisionados de la CEGAIP, quienes nada tuvieron que ver con su planeación y puesta en marcha, la vieron como una innovación digna de un reconocimiento nacional, en lugar de trabajar para que efectivamente lo merezca.
La única innovación en torno a la hoy “premiada” PET es que la negligencia (¿o complicidad?) de los comisionados ha permitido –con el incumplimiento de la supervisión que les ordena la Ley– que un buen instrumento se convierta en el mecanismo más efectivo para que los sujetos obligados dificulten el acceso a la información pública.
Una CEGAIP que, con su actitud alcahueta y tapadera alentada como nunca por David Menchaca Zúñiga, su actual presidente, ha provocado que cada mes disminuya la publicación de la información que se debe difundir de oficio, en una secuencia en la que si incumplir la ley no tiene consecuencias se amplía la posibilidad de violarla.
Si de por sí publicar la información en formatos con archivos Excel dispersos dificulta la consulta y facilita la simulación al permitir que se difundan documentos que, tras el laberíntico recorrido para localizarlos, al abrirlos exhiben leyendas “no se genera”, “no aplica” y otras, o vínculos a páginas o documentos inexistentes, incentivar que se dejen de publicar agrava la opacidad.
Cada mes los 259 sujetos obligados deben publicar 23 mil 116 formatos con información. En los primeros diez meses de este año, la publicación de esos archivos bajó de 17 mil 878 en enero a 16 mil 247 en octubre. Un complimiento cuantitativo de las obligaciones de transparencia que se redujo del 77.34 por ciento al 70.28 por ciento.
La cifra acumulada de 173 mil 19 archivos Excel publicados impresiona por el volumen, pero se vuelve una trinchera de opacidad en tanto no facilita la localización de información que resulte de interés con el uso de los filtros de ese programa, y no se pueden realizar consultas que concentren la información de varios meses, únicamente búsquedas que remiten a los archivos por separado.
En sentido opuesto, es posible considerar alarmante la cifra de archivos que debieron publicarse y no lo hicieron: 35 mil 25. Un incumplimiento de tal volumen ante el que la CEGAIP no ha tomado ninguna medida para que sea corregido.
Hay licencia abierta para violar la Ley de Transparencia para todos los sujetos obligados y no podía ser de otra manera si la primera en violar la norma que le da existencia es la propia CEGAIP, que incumple con el capítulo V del Título IV, al no cumplir con sus obligaciones de verificación, medidas de apremio y sanción. Lo ha hecho con meses y hasta años de retraso y sin consecuencias.
Se trata de verificaciones a destiempo que, para colmo, parecen hechas para premiar a toda costa a los sujetos obligados que, independientemente de que cumplan con la publicación de los formatos, cualitativamente son calificados hasta con cumplimientos que superan el 200 por ciento.
Un panorama de la Plataforma Estatal de Transparencia que, además de haberse convertido en instrumento para la opacidad, exhibe el nulo compromiso de los comisionados que integran la CEGAIP por trabajar efectivamente para garantizar el derecho de acceso a la información pública de los potosinos por estar ocupados en simular para ganar “estrellitas”.
La mención especial en el “Certamen de Innovación en Transparencia 2022”, una de las nueve que se entregaron en la categoría Estatal, representa más una agresión al derecho de acceso a la información pública porque en poco más de seis años la Plataforma ha quedado más al servicio de la opacidad que de la transparencia.