Octavio César Mendoza
No es un fenómeno nuevo, pero sí poco estudiado: el mundo comienza a ser dominado por las mujeres y, por ende, por una nueva mentalidad que para muchos hombres resulta en un dolor de cabeza.
En diversos países, las mujeres ejercen el mando con el apoyo mayoritario, fuera de las cuotas de género. También son más las mujeres enfocadas al estudio de las ciencias duras, o a las ingenierías. La nómina de escritoras y periodistas, de maestras y deportistas mujeres, es cada vez más abultada.
No por nada se dice que el 2023 es el inicio de una era que vino a retrasar la aparición de la pandemia de covid: la era del empoderamiento femenino en casi la totalidad de las actividades humanas.
Las mujeres ya no son una efeméride, como el 25N o el 8M, sino una acción de todos los días. Las mujeres ocupan espacios de mando esenciales en el hogar, las empresas, la academia, la política y la innovación tecnológica.
Este reinicio del ciclo de la humanidad llega justo en el momento de mayor crisis de los liderazgos masculinos, como los de Vladimir Putin o Joe Biden; sin mencionar lo peligrosos que son estos, tanto como los del dictador de Corea del Norte, los patriarcados absolutos del mundo islámico, o los totalitarismos militares de varias naciones donde el desarrollo de la sociedad compuesta por mujeres es todavía una utopía, un desafío al machismo.
En San Luis Potosí, y en México, el llamado al empoderamiento de las mujeres ya es un movimiento político, y si cada vez hay más mujeres en los gabinetes de los gobernantes como Ricardo Gallardo Cardona, es por una razón de fondo.
El conflicto de poderes políticos y fácticos, evidentemente masculino, ha generado sangrías de diversa índole durante décadas: la de los dineros producto de la corrupción, la de las vidas humanas producto de la inseguridad, y la de pérdida de valores producto de la degradación, precisamente, de la política.
Por ello a Andrés Manuel López Obrador le resulta idóneo colocar la figura de Claudia Sheimbaun en el tablero de la sucesión presidencial, porque él mismo ha generado una ruptura con el movimiento feminista por su propia personalidad todavía anclada a modelos de pensamiento del pasado; y por eso hoy hay más mujeres gobernadoras que nunca en México, producto de la democracia dirigida del Movimiento de Regeneración Nacional hacia la gobernanza feminista. Y van por un carro completo.
Por ello, a nivel local, conviene analizar los perfiles de los posibles sucesores de los actuales gobernantes, pues a la popularidad deben sumar otros atributos y más rostros y nombres femeninos a sus equipos de trabajo, para tener más de una carta bajo la manga.
Mujeres destacadas en todos los ámbitos sociales hay de sobra en este Potosí verde, y también quedan, aún, mujeres valiosas en la oposición -donde los liderazgos masculinos anquilosados, a pesar de su juventud, ya huelen a naftalina- para que se dé el cambio histórico.
Claro que hay posiciones en las que no será fácil a las mujeres el encontrar un pase negociado hacia las campañas electorales todavía lejanas; pero de que vamos a ver a más mujeres sumando el apoyo de colectivos, organizaciones, liderazgos femeninos y feministas a las propuestas de trabajo de las aspirantes, de eso no hay duda.
Sólo falta ver si AMLO da la instrucción. De ser así, MORENA, el PT y el PVEM van a ser una aplanadora electoral construida con la energía y la sensibilidad y la frescura de las mujeres, siguiendo el ejemplo mundial.
En una de esas, Michelle Obama es la candidata de los Demócratas en los EUA, y la inspiración de muchas mujeres en el mundo para alcanzar el poder y ejercerlo desde la visión del género que está transformando al mundo.
En lo personal, celebro la inteligencia, la sabiduría, el liderazgo y la potencia del plurimovimiento de las mujeres. Admiro, respeto y agradezco a muchas de ellas, y tengo la esperanza de que el poder político y económico sea más amable para con la humanidad a partir del arribo de la gran ola de mujeres para la cual los varones debemos prepararnos y sumar fuerzas a la causa.
Por el bien de todos, primero las mujeres.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Nació en San Luis Potosí en 1974. Actualmente es director de Publicaciones y Literatura de la Secretaría de Cultura, y también dirige la Casa del Poeta Ramón López Velarde y la Editorial Ponciano Arriaga. Ganó el Premio Nacional de la Juventud en Artes en 1995 y el Premio 20 de Noviembre en 1998 y 2010. Ha publicado siete libros de poesía y uno de cuento. Fundador de las revistas Caja Curva y CECA, también colaboró en Día Siete, Tierra Adentro, entre otras. Asesor de Marcelo de los Santos Fraga de 1999 a 2014, siendo él presidente municipal, gobernador y director de Casa de Moneda de México.
