Centinela: El abrazo presidencial: de mafiosillos a aliadillos

Antonio González Vázquez

El presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador José Ricardo Gallardo Cardona se unieron en un abrazo.

El abrazo de la Gallardía y la cuarta transformación.

Con ese abrazo de los aliados, el mandatario potosino cerró con broche de oro una semana, la anterior, en la que fue receptor del elogio presidencial.

Hubo un tiempo en que López Obrador se refería a la Gallardía como “mafiosillos”, pero en la política y en su disputa por el poder, pasaron a ser algo así como los aliadillos.

De ver a la Gallardía con recelo y aversión por la leyenda negra que arrastra tras de sí, pasó a la admiración. En la política hay giros tan abruptos como sorprendentes.

Desde que la Gallardía abandonó el cascajo del Partido de la Revolución Democrática para hacerse del Partido Verde, la percepción que tenía López Obrador sobre esa corriente política se modificó.

En febrero de 2019, el entonces diputado federal y coordinador de la bancada del PRD en San Lázaro renunció para sumarse a la 4T en la Cámara de Diputados. Se empezaba a tejer una alianza política con vistas a las elecciones de 2021.

Gallardo necesitaba de un partido político, así que negoció con Manuel Velazco y Carlos Puente la franquicia del PVEM en San Luis Potosí. Ese partido ya era aliado presidencial en la alianza con Morena y el PT.

Los tres partidos lanzarían la candidatura de Gallardo por la gubernatura, sin embargo, el obradorismo potosino lo rechazó tajantemente.

Eso no importó.

Ya era un aliado y pusieron en práctica un plan B: lanzaron la débil candidatura de Mónica Liliana Rangel Martínez para abrirle camino a Gallardo, que pasó por encima de César Octavio Pedroza Gaitán y la alianza “Sí por San Luis”.

El presidente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo apostó por el aliado y ganó la gubernatura para la 4T.

Gallardo Cardona fue aliado en la legislatura federal y luego en las elecciones federales al sumar cinco distritos para la causa. Ya como gobernador, se sumó al bloque de gobernadores de Morena.

Pragmatismo puro: lo que importaba era ganar.

Valga lo anterior para tratar de explicar lo sucedido la semana pasada.

“Es un hombre bueno”, definió el presidente en su “mañanera” del 30 de enero. “Le tengo confianza y lo vamos a ayudar”, remató.

No era la primera ocasión desde el inicio de la gestión de Gallardo en la que López Obrador salía a arroparlo. En ese mismo espacio, lo había defendido porque a su decir, en San Luis Potosí lo atacan por la “polarización política” imperante tras las elecciones.

“Está gobernando bien”, atajó ante los cuestionamientos de un mal desempeño, sobre todo, en materia de seguridad pública.

Eran los días previos a la visita presidencial para el anuncio oficial de la inversión de BMW que, en tres años, puede sumar 2 mil 100 millones de dólares.

De nuevo, ante los inversionistas, el presidente alabó a Gallardo.

El sábado, como colofón de la Reunión Estatal del Banco del Bienestar, López Obrador se refirió al mandatario potosino como “aliado” y “compañero”; lo felicitó por la estrategia de programas sociales que se han implementado y que, dicho sea de paso, son reflejo de los del Gobierno Federal.

“Hoy confirmamos que Ricardo Gallardo, no solamente es un buen promotor de la inversión, sino un gobernador que atiende las causas que originan la pobreza y la marginación”.

Al finalizar el evento, López Obrador y Gallardo Cardona se fundieron en un abrazo. Una muestra de afecto que no debió gustar mucho al obradorismo potosino.

La alianza de gobierno tomará forma electoral antes de que concluya este que es el año previo a los comicios locales y federales.

En esos giros extraños de la política, no se dude de que ahora sí vayan juntos a las urnas Gallardía y cuarta transformación para conformar un trabuco invencible.

Con el respaldo de los programas sociales, el Verde crece y potencia su fuerza, no solo con la suma de alcaldes, sino también de mucha gente beneficiada con despensas, becas o tortillas.

Aunado a la cauda de seguidores del presidente que en San Luis Potosí trae un respaldo de más de 60 por ciento, lo que se puede esperar es que arrasen en las próximas elecciones.

Será una negociación ardua y compleja, pero seguramente la concretarán. Para eso fue el abrazo, para que se vea con quién está el presidente.

Fue para marcar rumbo, una directriz que no acepta negativa, pues de lo que se trata es de continuar con la transformación y para eso, carece de relevancia el oscuro pasado de los aliados.

Ambos podrán decir entonces: “vamos bien”.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio. 

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.

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