Ángel Castillo Torres
Lo políticamente correcto es decir que aún no, que no son los tiempos pertinentes, que por lo pronto la única preocupación que les quita el sueño es servir a la ciudadanía desde el cargo para el que fueron electos, que respetan la ley y que en el momento oportuno tomarán la decisión de participar o no en una contienda electoral. Es la respuesta típica de los políticos cuando los medios de comunicación les preguntan acerca de sus aspiraciones futuras. Ellos mienten y nosotros sabemos que nos están mintiendo. Porque llevan meses trabajando para dar el salto a un cargo de elección popular o esforzándose para lograr la reelección. Desde hace meses la clase política local y nacional se halla sumergida en una actividad frenética para no quedarse fuera de la jugada en las elecciones de 2024. Aunque lo niegan, por temor a las sanciones que contempla la ley por actos anticipados de campaña, todos los aspirantes a un cargo de elección popular están desarrollando una estrategia personal para ser candidatos. Y fue precisamente el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador quien propició esta fiebre al destapar a sus “corcholatas”. Era un 5 de julio de 2021 cuando el mandatario federal adelantó la sucesión presidencial al mencionar a los funcionarios de su gabinete que podrían encabezar una nueva etapa de la Cuarta Transformación (4T). Así lo expresaba el presidente: “Primero hay que tomar en cuenta que es el pueblo quien va a decidir. En el flanco progresista liberal hay muchísimos como Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier, Rocío Nahle, bueno, muchísimos, afortunadamente hay relevo generacional”. A partir de ese momento en todos los partidos empezó la efervescencia para no quedarse atrás. En los estados de la república la calentura se extendió y los que aspiran a un cargo de elección popular entendieron que había que empezar a trabajar para tener alguna posibilidad de ser candidatos.
(Digresión) Al respecto hay que decir que el domingo 2 de junio del próximo año se elegirán 128 senadores y 500 diputados federales; también se renovarán nueve gubernaturas, así como 30 congresos locales. Adicionalmente en veinticinco de las treinta y dos entidades federativas se renovarán los gobiernos municipales. Así que en el reloj electoral ya sonó la hora de ponerse las pilas, ello a pesar de que legalmente el proceso electoral 2024 comienza en septiembre de este año.
Morena lleva la delantera y en San Luis Potosí Gallardo se perfila como aliado de López Obrador
En este momento el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) es el que tiene más consolidada su etapa de selección de candidatos a la presidencia de la república. Son cinco los aspirantes, Claudia Sheinbaum Pardo, Marcelo Ebrard Casaubón, Adán Augusto López Hernández, Ricardo Monreal Ávila y Gerardo Fernández Noroña.
Siguiendo minuciosamente el guion que trazó el presidente de la república, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, ha llevado con destreza el proceso de selección de aspirantes presidenciales. Ya está decidido que será a través de dos encuestas como se seleccionará al candidato (a) presidencial. Éstas se aplicarán a población abierta, una en septiembre y otra en noviembre. Antes, en julio se lanzará la convocatoria y como parte del proceso electivo habrá varios debates entre los aspirantes. Si todo marcha bien Morena tendrá candidato o candidata a la presidencia de la república a finales de diciembre. Mientras tanto la oposición da tumbos y no se ve para cuándo defina la ruta crítica que culminará con la elección de su abanderado.
Se observa desde ahora un elemento que caracterizará a las elecciones de 2024, será una disputa entre bloques de partidos. A través de alianzas (coaliciones) los competidores más fuertes se verán las caras. MORENA-PT y el VERDE por un lado y en el otro, el PRI-PAN y PRD. En cuanto al partido Movimiento Ciudadano (MC) todo indica que irán solos.
Mientras tanto aquí en San Luis Potosí el gobernador Ricardo Gallardo acordará más temprano que tarde la alianza con Morena y el PT. Y una vez que estos partidos firmen la coalición, el gobernador tendrá el enorme compromiso de hacer ganar al preferido o preferida del presidente. Para fortuna del gobernador las últimas semanas la relación con AMLO se ha consolidado (“Ricardo Gallardo está haciendo un buen gobierno, le tengo confianza”, “Gallardo es nuestro compañero, no es adversario, ni mucho menos enemigo, eso quiero que lo tengan muy presente”, ha dicho el primer mandatario del joven gobernador potosino). López Obrador ya entendió que el Pollo le será de mucha utilidad en las elecciones de 2024 porque ha demostrado tener destreza política y es un gobernante bien calificado por los ciudadanos. Trae fichas con que jugar, ha acumulado un valioso capital político en su primer año de gobierno. Ante la debilidad de MORENA en San Luis Potosí, lo más rentable para el presidente es cerrar filas con el gobernador y con el Verde. Así que los astros se alinean favorablemente para el gobernador. La reciente visita de AMLO a la ciudad capital para anunciar la inversión de la BMW por un monto de 800 millones de euros sirvió también para afianzar un pacto político-electoral que permitirá al inquilino de Palacio Nacional consolidar una estrategia ganadora en 2024.
Pero por otro lado es un hecho que el gobernador Gallardo sólo apoyará a Morena en lo que tiene que ver con la elección de su candidato presidencial. Ello porque a partir del próximo año el Pollo empezará a preparar su propia sucesión, por lo que aplicará todos los recursos políticos y económicos a su alcance para ganar la Senaduría, las diputaciones federales y locales y el mayor número de municipios de la entidad, de esta manera consolidará su hegemonía en 2024 y podrá estar en condiciones de dejar heredero a su imagen y semejanza en el 2027.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es psicólogo y maestro en Ciencias de la Educación. Fue delegado de Villa de Pozos en 2022 y subsecretario de Gobierno de 2016 a 2017. Presidió el Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional en 2013. También fue director general del Sistema de Financiamiento para el Desarrollo del Estado. Ocupó los cargos de regidor en la capital potosina (2007) y de diputado local de la LVI Legislatura (2000). Impartió clases en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.