Ángel Castillo Torres
Hace dos semanas el exgobernador Juan Manuel Carreras decidió poner fin a su retiro de la actividad política. Sus seguidores más cercanos comentan que el güero Carreras ya se recuperó de las vicisitudes que le ocasionó el naufragio que significó haber perdido para su causa la gubernatura del estado a manos de su más acérrimo rival, el Pollo Gallardo. Ya repuesto de esta desgracia ha decidido volver a la palestra electoral y se dispone a participar como estratega y operador político en las elecciones del Estado de México y Coahuila a celebrarse el próximo 4 de junio.
Debido a sus admirables méritos, decencia y probada astucia política, el güero Carreras ha sido invitado por Alejandro, “Alito” Moreno, para que en coordinación con una docena de exgobernadores priistas se sume a los esfuerzos que el tricolor está haciendo para no perder los últimos bastiones que le quedan.
Fue exactamente el pasado 7 de febrero cuando la prensa nacional dio cuenta de lo ocurrido en una “comida de la unidad” donde la élite priista cerró filas en torno a su dirigente nacional y acordó morir de cara al sol antes que permitir que Morena les arrebate las dos únicas gubernaturas que aún conservan, ya que de perder en estas elecciones el PRI desaparearía del mapa político.
En este contexto de extrema adversidad, Juan Manuel Carreras ha decidido aportar su gran capital político, su intachable prestigio y hasta parte de su fortuna económica para que el partido que tantas oportunidades le dio no muerda el polvo en las próximas elecciones. Por esta noble conducta, Carreras ya es reconocido como un abnegado priista, digno ejemplo a seguir por las nuevas generaciones de militantes del PRI.
El regreso de Quetzalcóatl
Hablando ya en serio, creo que Juan Manuel Carreras está jugando con fuego, le está rascando los huevos al tigre. Su retorno a la actividad política es un acto de desfachatez que ofende a los potosinos luego de su desastroso desempeño como gobernante, pero sobre todo, por el hecho de que a su paso por la administración pública dejó por todos lados manchas de lodo por las reprobables acciones de corrupción que cometieron algunos de sus ex colaboradores. Cómo olvidar a esos íconos de la corrupción potosina como Mónica Rangel, Leopoldo Stevens y Jaime Pineda que pisaron la cárcel y tuvieron que reembolsar parte de lo robado. Más agraviados se siente priistas y panistas luego de la traición, perversidad e impericia que mostró Carreras en las elecciones de 2021, donde jugó con dos candidatos (Mónica Rangel por Morena y Octavio Pedroza por el PRI, PAN y PRD), lo que resulto a la postre en una contundente derrota de la coalición ¡Sí por San Luis!
Inolvidables también las acciones conspiratorias del güerito Carreras contra la candidatura de Ricardo Gallardo que buscaron obsesivamente desprestigiarlo inventándole leyendas negras. Carreras hizo todo lo posible por impedir que el Pollo llegara a la gubernatura porque sabía que sería investigado a fondo y saldrían a flote las porquerías que se ocultaban en las entrañas del gobierno que encabezó. Por estas acciones Carreras es hoy considerado como un conspirador, un Judas y sepulturero de la oposición potosina.
Tal vez el exgobernador está convencido de que ya la libró y de que goza de impunidad. Si se ha atrevido a regresar de su destierro para encabezar el renacimiento del PRI en Coahuila y el Estado de México es porque en un segundo momento pretende influir en la política potosina a través de sus alfiles (El Caco Leal y Elías Pecina, más los serviles que nunca faltan y que siempre están dispuestos a sumarse en forma sumisa y acrítica a lo que les ordenen estos dos carreristas campeones del oprobio); todo ello con la mira puesta en las elecciones de 2024. Con esta osada estrategia Carreras y sus secuaces le están lanzando un reto cargado de negras intenciones al gobernador Ricardo Gallardo; ¿Se quedará cruzado de brazos el gobernador viendo cómo el güerito Carreras le invade su gallinero en alianza con Alejandro Moreno para manosear las elecciones de 2024? ¿Qué pensará Enrique Galindo de esto? Si el alcalde capitalino quiere seguir creciendo políticamente debe estar consciente de que no pueden haber dos líderes máximos del priismo potosino, dos personajes que ostenten el título de “primer priista del estado”. Elías Pecina no es cuadro de Galindo. Toda su vida política y prosperidad económica se la debe al güerito Carreras, personaje al que sirvió como un subalterno sin voz ni voto. A la hora de la verdad, ¿en dónde estarán las lealtades del “líder” estatal del PRI? ¿A quién le hará caso?; Elías Pecina es el Caballo de Troya que habita en las entrañas del proyecto de Galindo. Cuando llegue la hora de la traición, estos cuadros políticos que le deben todo a Juan Manuel Carreras optarán por lo que mejor les convenga. De por sí no la tendrá fácil Enrique Galindo en 2024 y peor la vivirá si permite que la Iglesia continúe en manos de Lutero.
En este oscuro tema el único que no la brinca sin guaraches es Juan Manuel Carreras. Ha trascendido en los pasillos del Comité Ejecutivo Nacional del PRI que el “arreglo” entre el ex gobernador y “Alito” Moreno es que se le otorgará una diputación federal plurinominal en 2024 a cambio de sus servicios. Ello le garantizará impunidad y una nueva oportunidad de seguir haciendo política. La conspiración en curso significa para el futuro inmediato que “carreritas” estará urdiendo quebrantos permanentemente contra Ricardo Gallardo Cardona. Por eso afirmamos que su jugada es temeraria. Los costos políticos y personales que pagará el desprestigiado exgobernador serán muy altos si su proyecto de retorno a la política fracasa. Si su plan se viene abajo tal vez en lugar de llegar a la Cámara de diputados del Congreso de la Unión, Carreras se ganará como castigo a su cinismo una habitación de lujo en el hotel de 5 estrellas de La Pila. Así que muy pronto veremos si este siniestro proyecto logra concretarse y si el gobernador Gallardo y los muchos enemigos que se ganó el güerito Carreras se lo permiten.
¡Que Dios lo agarre confesado!
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es psicólogo y maestro en Ciencias de la Educación. Fue delegado de Villa de Pozos en 2022 y subsecretario de Gobierno de 2016 a 2017. Presidió el Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional en 2013. También fue director general del Sistema de Financiamiento para el Desarrollo del Estado. Ocupó los cargos de regidor en la capital potosina (2007) y de diputado local de la LVI Legislatura (2000). Impartió clases en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.