Por Victoriano Martínez
La encuesta promovida por el Frente Cívico Potosino (FCP), con la participación del Frente Ciudadano Anticorrupción, Ciudadanos Observando y Cambio de Ruta, arrojó un resultado previsible: sólo el uno por ciento de quienes la respondieron consideraron como prioridad para la aplicación de recursos públicos la construcción de la Arena Potosí.
Previsible porque –como suele ocurrir con toda encuesta– es común preguntarse por quién la patrocina para hacerse una idea de cuál va a ser el resultado, aunque éste dependa de la seriedad y profesionalismo con que el levantamiento de las opiniones se realice. Una sospecha que tiene su base en la mercantilización y uso propagandístico de ese instrumento.
Previsible también por el antecedente manifestado en decenas y quizá cientos de comentarios en las publicaciones en Facebook en las que el propio gobernador Ricardo Gallardo Cardona ha anunciado la construcción de la Arena Potosí en las que se pronuncian por dar prioridad a verdaderas urgencias de la población y no a una obra superflua.
Una previsibilidad en la que se combinan el natural rechazo a la frivolidad de una desproporcionada obra caprichosa con el sospechosismo que envuelve a las encuestas desde que la politiquería las convirtió en un instrumento propagandístico.
Con el desarrollo tecnológico, las encuestas pasaron de los cuestionarios cara a cara en muestreos territoriales, a las encuestas telefónicas con muestreos aleatorios en directorios con operadores humanos y después automatizadas, hasta llegar a plataformas vía internet. Cada avance con su esfuerzo por garantizar confiabilidad en los resultados.
Un contexto que envuelve prácticamente a todo ejercicio demoscópico en una gama de confiabilidad en la que quienes lo ponen en práctica se esfuerzan por transparentar sus procedimientos para lograr inspirar un mayor grado de confianza con base en la validez de la muestra. En una encuesta vía internet es la plataforma seleccionada y su buen uso lo que aporta el nivel de confiabilidad.
La historia de las encuestas, desde cara a cara hasta vía internet, es que siempre dejan dudas sobre la representatividad y validez de los resultados en tanto se les involucra en un contexto de confrontación de posturas políticas, incluso cuando los temas sobre los que versen estén más allá de esas posiciones.
Una historia que, al final, vuelve irrelevante la representatividad de la muestra para dejar como dato duro la existencia de un número de personas que manifestaron su opinión y el sentido en el que lo hicieron, en tanto el registro de participantes sea real.
Los resultados de la encuesta organizada por las cuatro organizaciones ciudadanas encabezadas por el FCP dan cuenta de 875 personas de más de 18 años de edad de los municipios de San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez que atendieron a su convocatoria para responderla, tras la depuración que la plataforma utilizada realiza para evitar la duplicidad de algún participante.
Independientemente de la confianza que le inspire el resultado, se trata de la manifestación de un grupo de 875 personas dispersas en ambos municipios cuyas opiniones no distan mucho de las que registran otras encuestas que ubican los problemas de seguridad y de salud entre los prioritarios.
Válido o no estadística y representativamente el resultado, la participación de cuatro organizaciones y 875 personas que atendieron a su llamado da cuenta de que el dominio de la vida pública al que se han sometido prácticamente todos los sectores, con un alineamiento vergonzoso de los organismos empresariales, no es total.
Tan no es total, que también cuentan el antecedente de los comentarios en contra de la Arena Potosí en las publicaciones de Gallardo Cardona en Facebook, la resistencia que han dado los burócratas ante los embates del gobierno gallardista, la de los maestros jubilados, la de los ecologistas que salvaron los árboles de la avenida Himno Nacional, entre otras.
A poco más de 15 meses del relanzamiento del Frente Cívico Potosino como contrapeso del gobierno de la gallardía, sus intervenciones públicas para serlo efectivamente han sido esporádicas.
El ejercicio de esta encuesta corre el riesgo de ser una llamarada más como las anteriores, pero también abre la posibilidad de una ruta, de la mano de la participación ciudadana hoy por las vías que ofrece la tecnología, para que el FCP reasuma el compromiso hecho el 20 de noviembre de 2021, con posibilidades de abrir otros canales de participación.
Una noticia es que, aunque Gallardo Cardona les niegue el derecho a opinar, opinaron. Otra, que se presenta como “un primer ejercicio de muchos que llevaremos a cabo para conocer la opinión de la sociedad en temas trascendentales para nuestro estado”.
Una especie de renovación del compromiso asumido hace 15 meses con una perspectiva de acción que se volverá el indicador de su cumplimiento… o de la continuidad de apariciones esporádicas.