Frater Ignatius
Schiller se inspiró en Kant para crear parte de su obra. Principalmente en el área de la estética o filosofía del arte. La estética es la parte de la filosofía interesada en nuestras experiencias en relación con la música, la poesía y en general con todas las artes visuales. La experiencia estética nos puede provocar una especie de postura contemplativa o un éxtasis casi místico.
Todo lo que guarde relación con lo bello, inspirador, exquisito, sublime u otros adjetivos similares, se relaciona directamente con la estética. El juicio estético radica en el sujeto mismo, el cual se relaciona con campos de la ética, la epistemología, la filosofía de la mente y la metafísica. Las ideas más originales de Schiller están contenidas en el ensayo De lo sublime. Es uno de sus ensayos capitales que versa sobre una reflexión filosófica alrededor de la naturaleza del concepto de lo sublime. Schiller enfatiza que lo sublime es una experiencia emocional que surge cuando nos enfrentamos a algo que nos supera en tamaño, poder o complejidad y que provoca en nosotros una sensación de admiración, temor y respeto. Lo anterior puede influir en nuestra comprensión del mundo y en nuestra relación con la naturaleza o la sociedad.
La filosofía del arte parte de su psicología y su filosofía de la mente. Schiller distingue dos clases de impulsos básicos y naturales. El impulso de la supervivencia nos motiva a conservar nuestras circunstancias, para continuar con nuestra existencia. Luego está el instinto de concepción o la necesidad de cambiar nuestras circunstancias, ser eficientes y dar sentido a nuestra existencia. Es un aliado de la percepción, del pensamiento y de la representación.
Schiller sostiene que en donde existe un miedo mortal existe lo sublime, y de igual forma, donde quiera que experimentemos lo sublime el temor se genera a partir del instinto de conservación. Nuestra reacciones estéticas hacia las obras de arte como contrarias al poder de la naturaleza yacen en el hecho de que ellas no amenazan nuestra seguridad física sino más bien nuestra seguridad moral. Las grandes obras de arte ponen en tela de juicio las nociones conservadoras establecidas y preservadas que constituyen nuestra seguridad moral.
Para nuestro filósofo —que también fue poeta, dramaturgo y editor—, la experiencia estética va unida a distintas esferas de la misma filosofía, del arte, de la ética y de la mente.
Schiller murió en Weimar a los 45 años de edad a causa de una tuberculosis mal cuidada. Una edad que parece como de héroe. Efectivamente, fue un titán de las letras.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Administración y Maestro con especialidad en Educación por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Amante de la cultura, la filosofía, la literatura, el cine y las matemáticas. Gusta de leer y escribir sobre historia, psicología y filosofía.