Antonio González Vázquez
Ante el gobernador José Ricardo Gallardo Cardona, el presidente Andrés Manuel López Obrador recordó “con mucho cariño” al doctor Salvador Nava Martínez, al que reconoció como un luchador por la democracia de tal importancia que es “precursor de este movimiento (de la cuarta transformación) que triunfó”.
En el evento oficial del Hospital General de Soledad de Graciano Sánchez, el mandatario dijo sentirse muy contento de estar en San Luis Potosí, así que recordó a potosinos históricos como Ponciano Arriaga, Camilo Arriaga, Librado Rivera, Graciano Sánchez, Juan Sarabia y Salvador Nava.
Se disculpó con las y los asistentes a la ceremonia porque se desvió del tema de salud y compartió que al doctor “lo conocí una vez que cuando empezamos a luchar por la democracia en Tabasco, ganamos por primera vez un municipio, Cárdenas, el segundo en importancia en Tabasco y no querían reconocer el triunfo; el fraude como siempre”.
“Si nos quedábamos en Tabasco, pues iba a haber violencia y nosotros siempre hemos luchado de manera pacífica, nuestra lucha ha sido la no violencia y se puede de esa manera avanzar”.
El gobernador escuchaba muy serio y cruzado de brazos.
López Obrador prosiguió:
“Entonces, si nos quedábamos iba a haber violencia, confrontación y entonces decidimos marchar a la Ciudad de México, caminar, evadir el acoso y caminamos de Villa Hermosa a la Ciudad de México; se llamó éxodo por la democracia”.
En un tramo, rememoró el presidente, “me alcanzó, me acompañó el doctor Nava; ya estaba malo, él ya había marchado porque le habían hecho un fraude aquí, había logrado, eran los tiempos de Salinas, muy difíciles, pero logró que echaran abajo al que querían imponer y entró un interino aquí en San Luis”.
Pero todo esto, explicó, porque “el doctor Nava era un luchador social, un luchador auténtico por la democracia y tenía mucho prestigio; era un hombre con mucha autoridad moral que es fundamental para estas luchas de transformación: no se puede llevar a cabo ningún cambio si no hay autoridad moral”.
Abundó para cerrar la anécdota que “la autoridad moral es lo que da autoridad política y eso es lo que permite que avancemos”.
