Por Victoriano Martínez
Desde que comenzó la actual administración municipal, los robos a transeúntes en la vía pública han tenido una tendencia al alza con una característica que llama a una mayor preocupación: los asaltos con violencia son mucho más frecuentes que aquellos en los que no se ejerce violencia.
De octubre de 2021 a marzo de este año, la mitad del trienio de Enrique Galindo Ceballos como alcalde, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) tiene registrados en la ciudad mil 197 robos a transeúntes en la vía pública, de los cuales 906 han sido con violencia y 291 sin violencia.
Si a usted le toca la mala fortuna de ser asaltado en la vía pública, hay un 76 por ciento de posibilidades de que sufra un robo con violencia. La gravedad de la agresión de la que pueda ser víctima podría ser de consecuencias fatales de acuerdo con dos hechos registrados en los últimos tres días.
La noche del sábado un hombre fue asesinado en la Glorieta Mariano Jiménez, en Balcones del Valle, aparentemente cuando iba a ser asaltado, aunque la autoridad aclaró que no fue así.
Anoche, en un comunicado del Ayuntamiento, Juan Antonio Villa Gutiérrez, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal, señala que en reunión con los vecinos les “informó que cuenta con elementos que le permiten señalar que no se trató de un asalto”.
La madrugada de este lunes, dos hombres fueron atacados –aparentemente en otro intento de robo– en el cruce de Avenida Carranza con Tomasa Estévez. Uno de ellos murió y el otro resultó herido.
Dos hechos con apariencia de robo a transeúntes con violencia en los que fueron atacados con arma blanca.
Una primera impresión, que es la que marca la sensación de inseguridad entre la población. Una primera impresión ante la que no basta la afirmación de que hay elementos para considerar que no fueron asaltos (como se mencionó para el primer caso) porque sin resultados contundentes de la investigación, tiene más un tinte de versión que pretende tranquilizar.
La ocurrencia del robo a transeúnte que es denunciado es de uno cada 10 horas con 49 minutos en promedio durante lo que va de la actual administración municipal. Una frecuencia que, unida a la cifra negra, amplía mucho las posibilidades de que prácticamente toda la población conozca de cerca un caso y, en consecuencia, siga alarmado por la inseguridad.
Si a eso se le agrega que la frecuencia de denuncias de robos con violencia es de uno cada 14 horas con 20 minutos en tanto aquellos que se dan sin violencia es de uno cada 44 horas con 30 minutos, pudiera dar la impresión de que al ser asaltado en la calle es seguro que también se padecerá una agresión física, a pesar de que la posibilidad es de tres entre cuatro
El caso extremo en los 18 meses de la actual administración municipal se registró en septiembre del año pasado cuando todos los robos a transeúntes que se denunciaron se dieron con violencia.
El mes con el menor porcentaje de robos a transeúntes con violencia fue enero de este año, cuando del total el 64 por ciento tuvo esa característica. Es decir, cuando los delincuentes han sido menos violentos la proporción bajó a dos de cada tres. La violencia no deja de ser la marca que prevalece. ¿Cuántos de esos robos con violencia terminan con consecuencias fatales?
Las estadísticas del SESNSP revelan los datos globales, pero seguramente los responsables de la seguridad pública tienen identificadas las zonas de la ciudad con mayor incidencia de casos, los horarios en que ocurren, la temporada de mayor riesgo, el tipo de arma que se utiliza, si se trata de asaltantes solitarios o en grupo y otra serie de datos que les pudieran ayudar a prevenirlos.
Una forma de contribuir a prevenirlos sería que esas estadísticas se hicieron públicas en un portal Web que pudiera consultar cualquier persona, de manera que los habitantes de la ciudad estuvieran en posibilidades de evitar esas zonas de riesgo en los horarios más peligrosos.
Así como se elaboran mapas de riesgo por cuestiones de protección civil, podrían difundir ampliamente mapas de riesgo sobre asaltos y otro tipo de actos delictivos de los que se puede ser víctima para que la población tenga posibilidad de aminorar exponerse a esas situaciones… o cuando menos estar prevenido y alerta.