Por Victoriano Martínez
Con personajes como el gobernador Ricardo Gallardo Cardona y el alcalde Enrique Galindo Ceballos, la Capital del Sí se ha puesto a la vanguardia de los pronósticos sobre las guerras del futuro que serán por el agua, aunque aquí lo que inició es una insensible, irresponsable y ridícula guerra politiquera con el agua como pretexto y la población como víctima.
Ni Gallardo Cardona ni Galindo Ceballos han dado muestras de una genuina preocupación por resolver el problema al que quedarán expuestos todos los habitantes de la ciudad si antes que tomar medidas de fondo para garantizar el abasto a la población lo que buscan es aparentar que cada uno es el que efectivamente hace algo a su favor, por una contaminante politiquería electorera.
“¡Se acaba el agua!”, advierte Galindo Ceballos en alarmistas espectaculares con apariencia de ser muy realistas, para enseguida erigirse como héroe con un plan emergente de reparto de agua en pipas, pero sin ningún plan o anuncio de inversión en resolver los problemas de fugas en la red de distribución.
Si se acaba el agua en la llave de muchas viviendas, no es porque el líquido ya no existe, sino porque se perdió en la red de distribución cuya vida útil terminó mucho tiempo atrás.
Una circunstancia a la que no sólo el Interapas o la autoridad municipal están obligados a resolver, sino que, conforme con la Ley de Aguas del Estado, los tres niveles de gobierno tendrían que intervenir de manera coordinada, si de verdad les interesara resolver esa necesidad de la población.
Gallardo Cardona afirmó que su administración sólo rescindirá el contrato de la Comisión Estatal del Agua (CEA) con la empresa Aquos sobre el acueducto de El Realito cuando el Ayuntamiento de San Luis Potosí pueda asegurar el suministro de agua, como si en su calidad de contratante de ese servicio resolver el incumplimiento fuera una alternativa, cuando es su obligación.
Y como en todas las guerras la primera víctima es la verdad, también en esta, cargada de politiquería con la mentira como arma de manipulación masiva, de lo que más se debe desconfiar es de las versiones que expongan los contendientes que disputan sus intereses en territorio equivocado.
“Soledad está abasteciendo de agua a la capital y también la está abasteciendo de recurso para poder hacer obras”, aseguró Gallardo Cardona para justificar una eventual salida de ese municipio del Interapas.
El padrón de los 13 mil 954 pozos que tiene registrados CONAGUA arroja un panorama totalmente diferente.
Del total del volumen de extracción de agua de los pozos para uso público urbano que tienen autorizados el Interapas y los ayuntamientos d ellos tres municipios, lo ubicados en territorio de Soledad son los que menos agua inyectan a la red, con apenas el 1.46 por ciento, a pesar de representar el 27.04 por ciento de los usuarios de Interapas.
En el caso del municipio de San Luis Potosí, de lo pozos para el abastecimiento de agua se extrae el 97.98 por ciento en tanto que cuenta con el 72.75 por ciento del padrón de usuarios de Interapas, es decir, reporta un excedente aproximado del 25.23 por ciento que contribuye a abastecer al territorio soledense.
Hasta los pozos del municipio de Cerro de San Pedro contribuyen a abastecer a los usuarios de Soledad: en sus pozos se extrae el 0.56 por ciento del agua de los tres municipios y cuenta con el 0.21 por ciento de los usuarios. Le sobra el 0.35 por ciento.
Al menos esos datos son verificables en el padrón de pozos de la CONAGUA. Si Gallardo Cardona y el ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez cuentan con otros datos que les hagan confiar en que separarse del Interapas les garantiza el abastecimiento a su población, cuando lo hagan ya se notará.
Por lo pronto lo más notorio en este momento es que una disputa muy ajena a garantizar un servicio tan vital a la población exhibe el poco compromiso con el servicio público que deben prestar por parte de quienes piensan en la próxima elección antes que en la próxima generación.