María Ruiz
Edificios abandonados y negocios vandalizados, son el resultado del cierre de locales en la avenida Venustiano Carranza, zona en la que se estima se han perdido alrededor de 800 empleos, así lo señaló Alberto Narváez Arochi, empresario e integrante del Corredor Cultural Carranza.
Apuntó que esta situación también ha repercutido negativamente en el desarrollo de nuevos negocios, pues estos no duran más de tres meses y “ya no se mueve nada” en el sentido estricto del comercio.
“Una economía tiene un cierto manejo que debe ser, y no porque lo diga yo. No se trata de beneficiar a los empresarios, sino de un beneficio a los empleos directos, pues en Carranza ya se perdieron 800, y sin embargo, todavía hay la posibilidad de hacer algo para remediarlo, pero no se ha hecho nada”, expresó.
En este sentido, Narváez Arochi señaló que ya se ha entablado diálogo con las autoridades municipales para poder rescatar la economía de la avenida, como el rescate de edificios abandonados, pero la solicitud ha sido continuamente rechazada.
“Hay edificios que si valen un peso, a lo mucho les están ofreciendo 15 centavos. Lo peor que se puede perder en una economía es el patrimonio, es lo peor que le puede pasar a cualquier empresa, porque quiere decir que prácticamente está muerta económicamente, y eso ya sucedió en Carranza; ya se lastimó el patrimonio”, señaló.
Por último, comentó que la avenida no solo enfrenta la dificultades económicas sino también pérdidas en su patrimonio cultural.
“Cuando la autoridad descuida un espacio ya sabemos quién lo toma, el crimen y la inseguridad, y es lo que ya estamos viviendo. A lo mejor nos damos un balazo hablando de la inseguridad en Carranza, pero es que sí la hay. Algo tenemos que hacer, pero rápido, porque el deterioro sigue. ¿Qué más tiene que ver la autoridad para hacer algo? Es un llamado casi desesperado”, finalizó.
