Antonio González Vázquez
El Partido Revolucionario Institucional no tiene remedio.
La designación de Sara Rocha Medina como presidenta del Comité Directivo Estatal es otro momento para documentar su larguísimo y oscuro historial de marrullerías.
Del abultado costal de mañas, el tricolor sacó unas cuantas para imponer a su nueva dirigencia. El costo, de nuevo, será muy alto.
Desde agosto de 2019 cuando Alejandro Moreno Cárdenas asumió la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional, el partido ha ido de derrota en derrota; la más reciente y estruendosa, la del Estado de México, la entidad con el padrón electoral más grande del país.
Durante su campaña por la presidencia, el político apodado “Alito”, le dijo a la revista Proceso que “si el PRI no cambia, puede desaparecer”.
Esa declaración es del 14 de abril de 2019. Cuatro años después, esa advertencia cada vez toma más sentido de verdad; él se ha encargado de hacerlo casi una realidad.
Durante su discurso de toma de protesta, Moreno Cárdenas habló del inicio de una nueva era de un PRI “inquebrantable en sus principios e indestructible en su valor democrático; una oposición que triunfe moralmente por sus ideas y electoralmente por la fuerza de su militancia”.
“Los militantes ya no quieren más acuerdos cupulares que los dejen fuera del proceso de toma de decisiones, no vamos a permitir comportamientos que deshonren al partido, el PRI no solapará a nadie”, aventuró en aquella ocasión.
El partido “perdió la elección presidencial, pero aquí está, más vivo que nunca por su fuerza democrática interna”.
En 2018, Morena tenía cinco gubernaturas, para 2019 cuando “Allito” se convirtió en presidente del PRI, la 4T subió a 7, en 2021 a 18, en 2022 a 22 y para 2023 llegó a 23.
Todas las elecciones de gobernadoras y gobernadores las ha perdido la dirigencia de Moreno Cárdenas, a excepción de Durango y Coahuila donde ganó en alianza con el PAN y PRD.
Con todo y eso, sigue controlando al partido a su antojo.
En su primer pronunciamiento en la 47 Asamblea Nacional del Consejo Político en el que asumió el cargo, ”Alito” ofreció que durante su dirigencia “habrá diálogos públicos con la militancia y la sociedad y acuerdos oscuros con nadie”.
No solo ha llevado a su partido a la ruina electoral sino también a sus dirigencias estatales, donde desde su llegada inició la reconstrucción de comités para contar con aliados.
Para San Luis Potosí, Moreno decidió que su secretaria de Gestión Social, Sara Rocha, sería la presidenta del partido en San Luis Potosí.
Por la vía de la falsa renuncia, removió a Elías Jesrael Pesina Rodríguez y su enviada, llegó para hacerse cargo de la Secretaría de Organización para cumplir con la tarea de convocar a la elección de la nueva dirigencia.
Toda una simulación por supuesto.
En realidad, el CEN del PRI diseñó la convocatoria y lo hizo mañosamente para que los requisitos solicitados únicamente pudieran ser cumplidos por su dirigente-candidata. Lo importante era cerrar la puerta a cualquier opción que no fuese del grupo de “Alito”.
Se registraron dos ex colaboradores del ex gobernador Juan Manuel Carreras López: Edmundo Torrescano Medina y Erika Velázquez Gutiérrez.
Dupla de priistas que tampoco significaban nada para un partido en franco declive. Su único mérito, ser oposición a Moreno, pero nada más. Provenientes de la “maldita herencia” carecían del perfil de líderes reales para detener la debacle.
Los inscribieron con pleno conocimiento de que no pasarían y no pasaron, pues les pidieron documentos que con la premura del tiempo nunca podrían conseguir.
De modo que al haber planilla única fue suspendida la Asamblea Electiva y se procedió a la de ratificación.
Las cosas salieron tal y como lo habían planeado Moreno y Rocha.
Nada nuevo, no es la primera vez que el Comité Nacional impone dirigentes a su gusto.
Lo inexplicable es que, pese a que el partido está parado sobre un piso acuoso y sumamente resbaladizo, sigan apelando a su vieja tradición autoritaria.
El tricolor reducido a una expresión mínima en el país y en San Luis Potosí no deja de ser el partido que siempre ha sido, el de la simulación, las trampas y el engaño.
No obstante que esa es una realidad inocultable, las y los priistas festejan a la nueva dirigencia como si hubiese sido resultado de una elección democrática.
El sábado dieron rienda suelta a su optimismo: “El PRI de San Luis Potosí es sólido y fuerte”, festejó Moreno Cárdenas.
“El cambio de dirigencia marca el arranque y el inicio de los trabajos del PRI rumbo al 2024”, ilustró Enrique Francisco Galindo Ceballos.
“No podemos perder tiempo, quienes queremos al PRI nos vamos a sumar a hacer lo que nos toca: vamos a trabajar desde abajo hacia arriba, nuestra prioridad será la militancia”, baladroneó Sara Rocha.
Mientras más se acercan a su fin, las y los “Revolucionarios” más embebidos en ese discurso hueco y sin sustancia de que el partido está más vivo que nunca.
La siguiente arenga de la dirigente priista no tiene desperdicio para entender su extravío: “con la fuerza y convicción de la Huasteca potosina, con la calidez y voluntad de la Zona Media, el coraje y el trabajo del Altiplano y el dinamismo de la zona Centro que dirige, les guste o no, nuestro amigo Enrique Galindo, nadie nos parará si seguimos construyendo la unidad”.
Cierto, nadie los va a parar en su tortuoso camino a la nada.
Ya lo había vaticinado “Alito”: “Si el PRI no cambia, puede desaparecer”, solo que le faltó añadir que él y los suyos se encargarían de lograrlo.
No falta mucho para ver los estragos que dejará la aplanadora Verde en San Luis Potosí que, con la pequeña ayuda de la 4T dejarán planchados a los “Revolucionarios”.
¿O es que acaso hay otro escenario para el PRI?
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.